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España España · Barcelona
Voto de Sémele:
8
Drama Cleo (Yalitza Aparicio) es la joven sirvienta de una familia que vive en la Colonia Roma, barrio de clase media-alta de Ciudad de México. En esta carta de amor a las mujeres que lo criaron, Cuarón se inspira en su propia infancia para pintar un retrato realista y emotivo de los conflictos domésticos y las jerarquías sociales durante la agitación política de la década de los 70. (FILMAFFINITY)
24 de diciembre de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo reconocer que, hacia el final de "Roma", la película más personal de Alfonso Cuarón, se me saltaron las lágrimas. No sabría definir lo que pasa en ella, pero la emoción del final acabó por explosionar delante de mis ojos. Podría decir que "Roma" es como una carrera de fondo a la que asistimos como seres pasivos a los entresijos domésticos de una familia burguesa mexicana, a través de los inocentes y, a veces, melancólicos, ojos de Cleo, niñera y sirvienta, una muchacha que apenas ha dejado atrás la adolescencia.

Técnicamente es una película magistral... No hay ni un solo fallo. La fotografía en blanco y negro tiene una belleza cautivante, la ambientación y el vestuario es de una sencillez abrumadora, los efectos sonoros están colocados con una precisión milimétrica... Todo, absolutamente todo desprende una gran belleza y, al mismo tiempo, una naturalidad aplastante y está perfectamente ensamblado para dejar al espectador maravillado. Luego viene lo artístico...

Tal vez esto no venga mucho a cuento, pero debo reconocer que, debido a lo que había oído previamente, me había creado expectativas. Bastantes, de hecho. De ganar el León de Oro del Festival de Venecia (de la mano de Guillermo Del Toro, compatriota de Cuarón) a posicionarse como una de las firmes candidatas a los Oscar, pasando con ciertos comentarios en los que se tildaba la cinta como la mejor del director, teniendo en su haber un peliculón como "Hijos de los Hombres", me hacia albergar muchas esperanzas, puesto que todo lo que ha hecho Cuarón, muy variado, me ha gustado mucho.

Desde mi humilde punto de vista, y siendo una admiradora de su trabajo (incluso me cautivó su poderosa irrupción en la saga Harry Potter), no creo que "Roma" sea su mejor film, sino su película más personal, que es algo distinto. Desde su vertiente más artística, "Roma" nos brinda una historia mínima, apenas anecdótica, que se llena con la cotidianeidad de unas personas, ya no personajes, como si nos permitieran conocer un pedacito de sus vidas sencillas y rutinarias. Lo que vamos a ver, dejando a un lado lo prodigioso de su puesta en escena, son pequeños (o grandes) dramas diarios, en los que empatizar va a ser clave para que el film nos cautive plenamente.

Seguramente la emoción que me embargó al final vino precedida de todo lo que le sucede a la protagonista, que, aunque nunca sale de lo cotidiano, acaba por tocarte el corazón. Lo cierto es que me sorprendió que pudiera quedarme esos primeros 90 minutos (la película dura unos 135 minutos), viendo lo poco que sucede en pantalla; no es que fuera una cuestión de fe ni nada por el estilo, hay cositas que te hacen sonreír y te pican la curiosidad. En suma, si me quedé fue porque sentí que me aguardaba algo grande, como así fue.

Lo cierto es que lo normal y rutinario acaba por imponerse, resultando algo previsible pero no menos demoledor, y el drama femenino acaba por impactar como un meteorito y no sé porqué, por contrapartida, los hombres me parecieron demasiado esquemáticos, de lo poco que puedo reprochar a la cinta. En eso raras veces falla, por ejemplo, Almodóvar que suele crear personajes masculinos muy creíbles en sus dramas femeninos. Ni idea de si fue algo pretendido por Cuarón que fueran así, tal vez sí, anecdóticos y bastante planos, un visto y no visto, y que se fastidien las dos mujeres. Qué sé yo. A mi modo de ver, pintándolos así, le restan credibilidad al conjunto...

Y luego llegan los últimos 45 minutos, tras una extraordinaria escena callejera (no diré más), que pone los pelos de punta, unido a lo que le sucede a la protagonista, que acaba por empañarte la mirada y, por fin, llega lo que llevaba aguardando una vez iniciado el visionado. Desde lo cotidiano, Cleo ha conseguido tocarme el corazón. La explosión de emoción, desde la sencillez más cautivante, acaba por unir fondo y forma y me di cuenta de que ahí estaba la gran singularidad de "Roma": un pedacito de vida, no una simple película, con toda su magia y su dolorosa verosimilitud, reflejado en la mirada triste y melancólica de Cleo, feliz por ser amada y, al mismo tiempo, con capacidad para amar después de todo, y todo ello envuelto en un envoltorio en blanco y negro para regalo.

Una obra notable, inolvidable.
Sémele
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