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Voto de Sandro Fiorito:
7
Drama Dos monjes viven en un monasterio aislado. Bajo la atenta mirada del más viejo, el más joven ve pasar las estaciones de la vida. Primavera: un niño monje se ríe de una rana que intenta librarse de una piedra que tiene en la espalda. Verano: un monje adolescente conoce el amor. Otoño: un monje de treinta años intenta hacer algo que va contra su naturaleza. Invierno: el monje está próximo a la vejez y alguien llega al monasterio. ... [+]
28 de marzo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconfortante obra del director surcoreano Kim Ki-Duk (“Hierro 3“, 2004), que aporta otra pequeña pero necesaria y agradecida pieza cinematográfica a la corriente del budismo en este arte, que empezó a hacerse notar a principios de la década de los 2000. Esta es una historia de historias, relatos espirituales, enseñanzas, símbolos, metáforas y una ventana hacia la realidad de nuestras vidas, abierta desde una perspectiva sencilla y natural, basada en los principios de la religión budista. La realización logra, meritoriamente, captar algunas imágenes de gran belleza y calidad, a pesar de la empobrecida técnica de una cámara que se acerca más al estilo de los documentales o las series de televisión de otras décadas que al de una producción actual.

Dentro de sus relatos, divididos en las cuatro estaciones del año y el retorno a otro de estos periodos tal y como especifica el propio título de la película, encontramos toda una serie de historias que repasan varios ciclos vitales de diversas personas relacionadas con un pequeño templo situado en medio de un lago que a su vez está rodeado por impresionantes paisajes llenos de paz, belleza y un ambiente propicio para adentrarse correctamente en las prácticas de la meditación. Teniendo como testigo principal al viejo maestro que cuida el templo, interpretado por Yeong-su Oh (“Dong seung“, 2002), los relatos se limitan a exponernos unos hechos que además de pretender enseñar y abrir los ojos a todos los protagonistas de la cinta, transmiten al espectador la sabiduría sobre algunas situaciones que, debido al carácter de esta doctrina (la budista), pueden interpretarse de una forma libre que siempre tenga como finalidad el hecho de hacernos personas cargadas de paz interior, armonía, amor justo hacia nosotros mismos y hacia los demás, a la naturaleza y a todo lo que esta engloba.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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