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Voto de Sandro Fiorito:
10
Intriga. Drama La percepción de la realidad de una actriz (Laura Dern) se va distorsionando cada vez más. Al mismo tiempo descubre que, quizá, se está enamorando de su partenaire (Justin Theroux) en un remake polaco inconcluso y supuestamente maldito. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2011
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
De igual forma que en numerosas ocasiones nos encontramos ante pinturas y esculturas abstractas de múltiples interpretaciones -en algunos casos es imposible acertar con una consideración-, “Inland Empire” es al cine lo que cualquier otro arte al mundo. Para juzgar este trabajo hace falta, pienso, conocer primero la esencia, el sentido y las intenciones de su director, el personal, brillante y profundo David Lynch. Después, dejarse llevar como una hoja de árbol que es arrastrada por la corriente de un río, buscando la belleza de cada imagen, adentrándose en la aparente sinrazón de sus escenas, estando serenos ante cada uno de sus minutos para poder contemplar, sin ningún tipo de prejuicios, lo que parece ser la obra más personal del realizador norteamericano. Y digo esto, porque aunque anteriormente hayamos podido sentir su verdadero espíritu en un gran número de cintas, es en esta donde la mente de Lynch (quien dirige, escribe, produce, compone la BSO, controla la fotografía junto a Odd Geir Sæther, participa en el departamento artístico, de sonido…) hace y deshace sin importarle lo más mínimo el hecho de que el resultado final pueda llegar a ser tan controvertido que finalmente disponga dos bandos: el de aquellos que la aman, y el de los que la repudian. Sólo quiere ser él mismo y construir la película como una extensión directa de su mente, sus ideas, obsesiones y perfeccionismo bañado en una innegable calidad técnica y artística.

Y lo consigue. Porque cada trazo, cada imagen y cada detalle de este trabajo tiene ese inconfundible y fuerte aroma a Lynch que ha ido fortaleciéndose, película tras película, a lo largo de los años, consiguiendo que el mero hecho de ver una de sus cintas sea algo más que una simple excusa para entretenerse. Su cine, en la mayoría de los casos, es vivir una experiencia inolvidable. Es recorrer un camino lleno de agobios, sentir sensaciones envueltas de una atmósfera que mezcla lo aterrador con lo maravilloso, disfrutar una imagen con todos los sentidos. En la página de Facebook de “Universo David Lynch” leí a una chica (de la cual me reservo citar su nombre ante la posibilidad de que ésta no lo quiera ver aquí publicado) sugerir que para ver los filmes del brillante director del que aquí hablo, se usen auriculares, para sentir más cerca todos los sonidos que tan importantes son en cada película y que tanto determinan el hecho de poder construir un ambiente único que se antoja difícil de ser imitado por nadie. En la muy extraña y perturbadora “Inland Empire”, todo esto es importante, y todo requiere la misma atención y dedicación que el propio Lynch ha mostrado para ejecutar su “partitura visual”.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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