A veces no sabes que te vas a encontrar al ver una película española.
A veces llega una película entre tanta medianía y basurillas varias, porque así es como habría que definir a una buena parte del cine español en los últimos años, a veces llega una película que te sorprende gratamente.
A veces llega un director como Alejandro Amenábar, que ya había dado muestras de su talento con Tesis, y nos deja una película como Abre los ojos, donde roza la perfección.
Sorprende con una película que dan ganas de ver, una historia que perdura, de esas que se quedan, y que las dejas quedarse.
A veces unos actores puestos a disposición de un director con las ideas claras, dan todo lo que pueden y más para bordar sus personajes.
Actores como Eduardo Noriega, dando vida a César, su mejor película hasta la fecha. Chete Lera, en un personaje entrañable que se convertirá en un apoyo necesario para César. Fele Martínez, como el amigo al que puede robarle la chica. Cierto es que en Tesis deja un personaje memorable y aquí no pasa de ser un secundario resultón, pero ahí esta. Y finalmente Najwa Nimri o Penélope Cruz, como Nuria y Sofía respectivamente. Las dos caras de una moneda, que no para de dar vueltas en la mente del protagonista. Dejo un personaje, el de Gérard Barray, para el final de mi critica.
A veces te encuentras con una escena en un parque que te sobrecoge.
A veces llega una película buena de verdad, arriesgada y diferente.
A veces llega un final de película que te deja deseando que continúe, con ganas de más, pero al mismo tiempo abre los ojos y las puertas de la imaginación.
Esta es una de esas veces, esta es una de esas películas.