Nadie en la historia del cine se aprovechó tanto de la narrativa onírica de los sueños como el maestro Luis Buñuel, ese genio del arte que no solo cambió la forma de hacer cine en México, España y Francia si no que ostenta una de las filmografías más imprescindibles y originales que se pueden encontrar. El discreto encanto de la burguesía es por mucho la película más surreal (desde la Edad de Oro) y directa (desde Los olvidados) del maestro. Buñuel se aprovecha de la elipsis sin conexión de los sueños para brindar su más dura crítica y opinión sarcástica sobre la alta sociedad francesa. Nadie se salva, desde la iglesia (el chiste de Napoleon me hizo retorcerme de risa), hasta los inmunes embajadores, políticos, militares y mujeres son parte del circo expositivo de Luis en este filme. Podemos partir que claramente el filme abandona cualquier linealidad argumental, para aprovechar el juego de realidades absurdas, y si antes de que la famosa Inception de Nolan manejara lo de los sueños dentro de otros sueños, Bunuel se había desatatado creativamente con este compendio de realidades absurdas sobre un grupo de personajes que no pueden tener una cena ni llegar a ningún destino. Hay que decirlo, Luis es de esos pocos artistas visuales que realmente fue innovador y decididamente sí estaba adelantado a su época. El juego de realidades le permite al director español jugar con la credibilidad del espectador que no sabe que es real o que no, esto tomando elementos obvios del psicoanálisis Sigmund Freud como a la del revolucionario social Carlos Marx. Puede ser que el ritmo narrativo de El discreto encanto de la Burguesía lo saque a uno un poco del interés que genera el filme, pero puedo decir que este es uno de los filmes más originales que vi en mi vida y que los 40 minutos finales son de una maestría total.

9/10

Opinión Final: "Luis Buñuel es el más grande director de cine español de todos los tiempos", escribió el autor y crítico de cine estadounidense Jonathan Rosenbaum. No puedo estar más de acuerdo con él. El legado que Buñuel dejó al cine es inimitable. Ya con El Discreto encanto de la Burguesía, el maestro español empezaba a firmar su despedida del cine y del mundo pues es su antepenúltimo filme, y lo menciono porque solo con mucha osadía, madurez, creatividad, rebeldía y genio (cosas que solo las dan los años) se puede llegar a filmar una obra tan única como esta.