Cuando uno se encuentra con una película como Winter Sleep vuelve a creer en el cine, en si y comparando artes ella es como uno de los Nocturnes de Chopin, imprescindible. En la bella Anatolia (después de ver varios filmes de Ceylan es una de mis prioridades a visitar algún día) Aydin vive tranquilo administrando su hotel, en su casa lo acompañan su joven esposa (una bellísima Melisa Sozen) y su amargada hermana, mientras el invierno azota el lugar y el hotel palidece de inquilinos, viejos rencores salen a relucir entre los personajes, eso llamado familia que es tan vital como difícil de sobrellevar, es claro cada personaje vive el invierno a su modo, también es claro que hay verdades que el mejor tiempo no puede aguantar, así puedo decir que el filme es un sumario de conversaciones muy bien justificadas sobre la vida, la ley, la religión, el respeto y el amor, el filme esta actuado soberbiamente y la técnica de planos largos enfatizando el tedio y el poder de las palabras es muy bien utilizado. La fotografía es una belleza Ceylan y Tiryaki no solo aprovecha el don natural para las tomas en exteriores si no que interiormente el filme esta virtuosamente iluminado logrando escenas en donde parece que vemos una pintura de Caravaggio tomando vida (guardando la distancia claro está). El drama familiar está bien dosificado, aquí no hay lagrimeo que sobre, o una sobrerreacción innecesaria, los hilos dramáticos conducen a sus personajes hacia una soledad incomprendida. Todos con la misma pregunta en el rostro ¿Qué hicimos mal?. The Winter Sleep es un arte mayor, y Ceylan ya uno de mis directores favoritos, el filme roza la perfección en muchas ocasiones y aspectos, y no la alcanza solo porque considero que hay algunas escenas que no aportan más allá de lo cotidiano. Aun así se disfruta en su metraje completo, este tipo de filmes devuelven la fe y el amor por el cine.