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Voto de gabo:
10
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11 de septiembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Funan nos recuerda el verdadero poder de la animación, un poder que le confiere a este medio libertad absoluta en lo expresivo tanto para narrar las más grandes aventuras como la manifestación misma del horror, como sucede en esta obra maestra de su director, el francés Denis Do.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Emparentada temáticamente como profesionalmente con The Killing Fields, obra maestra de Roland Joffé, ya que ambas tratan sobre el tema del genocidio Camboya por parte de los comunistas y ambas son óperas primas de sus directores, el francés opta por unas formas más clásicas que recuerdan al Spielberg de la también magistral Empire of the Sun y en los usos del plano general recuerda mucho a Lean por su expresividad, también del británico rescata ciertas ideas conceptuales de Doctor Zhivago, ya que lo totalitario nunca podrá matar al amor y la belleza.
Es el amor el mayor eje temático de la obra, el amor por la familia, por la pareja y por la progenie perdida. Lo primero es manifestado desde los momentos iniciales, reunidos todos en la cena ante una paz manifestada tanto en lo externo, en esas calles llenas de vida y pequeños corriendo como en lo interno, esos espacios familiares como aquel encuadre donde se presenta a ese microcosmos con la mirada perdida hacia esa paz exterior, posteriormente en las escenas del obligado escape esta se reúne, conversa, manifiesta esa unión, pero con una desesperación por el futuro incierto, recuerda mucho a las formas de Polanski en The Pianist, sobretodo en su inicio.
La historia de la relación marital es la de mayor carácter expresivo, convirtiendo a los pequeños gestos, las acciones contenidas en muestras de la más alta poesía, una escena en particular cobra un significado que se manifestará a lo largo de la obra ese plano corto con sus personajes de perfil donde el esposo sopla moviendo los delicados cabellos de su esposa con el viento, a través de este gesto tan simple pero narrativamente importante se nos irá marcando el tono de la historia y como esto irá repercutiendo en sus protagonistas, como en la secuencia final. El amor filial es otra de las máximas expresiones artísticas de la película, los personajes miran hacia arriba como esperando una esperanza de reencuentro, la lluvia condensa la agonía de la tristeza, con close up llenos de potencia visual, en el reencuentro es el encuadre quien habla, dejando que los movimientos de los personajes creen la emoción verdadera, por ejemplo.
Sovanh en su odisea por sobrevivir busca la belleza de la vida también manifestada en la banda sonora de Thibault Agyeman donde acordes más agradables lo hacen resistir el horror que presencia, busca la compañía de una lagartija o unos patos en un riachuelo, esto es lo que más la hermana con la obra de Spielberg, pero también la compañía humana como de aquella niña que junto a él intenta sobrevivir como en esa categórica escena donde este le da una flor y está es rota por el golpe del bastón del uno de los guardias y en aquella donde su sacrificio se muestra fuera del plano dando una de las escenas más tristes de la animación reciente, reflejada en los ojos de Sovanh.
La otra temática central de la película es el horror, siendo este sugestivo, se manifiesta en la expresividad de los rostros de las víctimas, en los sonidos de los fusiles, en los brillos de la pólvora al estallar, siendo estos elementos visuales y sonoros potentes al igual que poderosos en las formas cinematográficas, también se manifiesta el horror interno, siendo esta en el horror a perder toda esperanza cuando una de las integrantes opta por el suicidio después de ser abusada, ese horror también se manifiesta en la madre de esta muchacha al ver los pies de su hija colgando de la rama de un árbol y el horror ante lo incierto del futuro, como cuando tiene que cruzar aquel rio lleno de minas al inicio o cuando la lluvia condensa el temor a subirse al bote que los aleje de su hijo.
Una esperanza contenida abraza el final del film con ese plano general que luego la cámara hace un traveling hacia la distancia inmensa que les queda para llegar a Tailandia simbolizado aquel camino inmenso que tuvo que pasar el pueblo camboyano para sobrevivir al horror y que nosotros no debemos olvidar jamás.
Es el amor el mayor eje temático de la obra, el amor por la familia, por la pareja y por la progenie perdida. Lo primero es manifestado desde los momentos iniciales, reunidos todos en la cena ante una paz manifestada tanto en lo externo, en esas calles llenas de vida y pequeños corriendo como en lo interno, esos espacios familiares como aquel encuadre donde se presenta a ese microcosmos con la mirada perdida hacia esa paz exterior, posteriormente en las escenas del obligado escape esta se reúne, conversa, manifiesta esa unión, pero con una desesperación por el futuro incierto, recuerda mucho a las formas de Polanski en The Pianist, sobretodo en su inicio.
La historia de la relación marital es la de mayor carácter expresivo, convirtiendo a los pequeños gestos, las acciones contenidas en muestras de la más alta poesía, una escena en particular cobra un significado que se manifestará a lo largo de la obra ese plano corto con sus personajes de perfil donde el esposo sopla moviendo los delicados cabellos de su esposa con el viento, a través de este gesto tan simple pero narrativamente importante se nos irá marcando el tono de la historia y como esto irá repercutiendo en sus protagonistas, como en la secuencia final. El amor filial es otra de las máximas expresiones artísticas de la película, los personajes miran hacia arriba como esperando una esperanza de reencuentro, la lluvia condensa la agonía de la tristeza, con close up llenos de potencia visual, en el reencuentro es el encuadre quien habla, dejando que los movimientos de los personajes creen la emoción verdadera, por ejemplo.
Sovanh en su odisea por sobrevivir busca la belleza de la vida también manifestada en la banda sonora de Thibault Agyeman donde acordes más agradables lo hacen resistir el horror que presencia, busca la compañía de una lagartija o unos patos en un riachuelo, esto es lo que más la hermana con la obra de Spielberg, pero también la compañía humana como de aquella niña que junto a él intenta sobrevivir como en esa categórica escena donde este le da una flor y está es rota por el golpe del bastón del uno de los guardias y en aquella donde su sacrificio se muestra fuera del plano dando una de las escenas más tristes de la animación reciente, reflejada en los ojos de Sovanh.
La otra temática central de la película es el horror, siendo este sugestivo, se manifiesta en la expresividad de los rostros de las víctimas, en los sonidos de los fusiles, en los brillos de la pólvora al estallar, siendo estos elementos visuales y sonoros potentes al igual que poderosos en las formas cinematográficas, también se manifiesta el horror interno, siendo esta en el horror a perder toda esperanza cuando una de las integrantes opta por el suicidio después de ser abusada, ese horror también se manifiesta en la madre de esta muchacha al ver los pies de su hija colgando de la rama de un árbol y el horror ante lo incierto del futuro, como cuando tiene que cruzar aquel rio lleno de minas al inicio o cuando la lluvia condensa el temor a subirse al bote que los aleje de su hijo.
Una esperanza contenida abraza el final del film con ese plano general que luego la cámara hace un traveling hacia la distancia inmensa que les queda para llegar a Tailandia simbolizado aquel camino inmenso que tuvo que pasar el pueblo camboyano para sobrevivir al horror y que nosotros no debemos olvidar jamás.