Una chorrada de narices, un medio musical que se queda entre eso y una comedia infantil en la que un doctor tiene la habilidad de sanar y de hablar con los animales, sea de la especie que sea.

Dos horas y media de tedio y tostón, en el que el único aliciente es la fenomenal fotografía que, para la época, debió de ser maravillosa, de tal manera que llegó a conseguir dos estatuillas y varias nominaciones.

El protagonista no me agradó ni en My Fair Lady, con el gran éxito que obtuvo, así que como para gustarme en esta comedia infantil y cándida. Un 5 por lo visual.