Nos encontramos ante una adolescente que acaba de perder a su madre y que tiene que irse a vivir con su padre. Ya el escenario parece tenso de por sí por la difícil situación, actitud y rabia de la protagonista. Becky, el personaje principal, se siente dolida y traicionada cuando su padre invita a pasar el fin de semana en la casa a otra mujer y su hijo.

Mientras tanto un grupo de neonazis huye de una cárcel aprovechando un traslado. Kevin James cambia de registro, aparcando la comedia, como su amigo Adam Sandler en "Diamantes en bruto" y da vida al cabecilla de este grupo. Dicho grupo tiene un propósito que les llevará a casa de Becky...

Algunas escenas son muy gore y hay puntos que recuerdan a la segunda parte de Kevin en Nueva York por cómo se desarrolla la historia, por lo menos a mí. Muy previsible y a veces poco creíble. Se podían haber estrujado algo más el cerebro y lograr crear una película de culto. Sin embargo, no convence más allá de un cuatro a no ser que seas un fanboy.

4/10

Saludos.