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España España · A CORUÑA
Voto de PROYECTOR:
10
Romance. Drama. Aventuras Jack (DiCaprio), un joven artista, gana en una partida de cartas un pasaje para viajar a América en el Titanic, el transatlántico más grande y seguro jamás construido. A bordo conoce a Rose (Kate Winslet), una joven de una buena familia venida a menos que va a contraer un matrimonio de conveniencia con Cal (Billy Zane), un millonario engreído a quien sólo interesa el prestigioso apellido de su prometida. Jack y Rose se enamoran, pero el ... [+]
5 de abril de 2012
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cumpliéndose en el presente mes de abril de 2012 el primer centenario del naufragio del mítico buque soñador, era por completo esperable que la película emergiera de nuevo y masivamente en las salas de cine. Pero dado que ya ha sido vista (y vuelta a ver en el “ámbito doméstico” a lo largo de los últimos 14 años) por un número vertiginoso de espectadores, se pensó en relanzarla con algún incentivo que excitara otra vez la curiosidad. De ahí la idea de TITANIC 3D. Es una propuesta legítima, por supuesto, pero, tras su visionado en el nuevo formato, no resulta difícil concluir que el film no necesita la tridimensionalidad para mostrarse más espectacular o más emocionante. Cameron no concibió originalmente su “Titanic” en 3D, a diferencia de su “Avatar”, donde sí llevó a cabo alardes de notable impacto. Si queremos completar nuestro criterio, podemos ponernos las gafas 3D y ver así “Titanic”, llegando a la conclusión de que el metraje no queda estropeado ni tampoco espectacularmente realzado. O, para ser más exactos: hay posiciones de cámara en que se percibe a las claras que no es un film tridimensional en su origen, sin que la adaptación perjudique el conjunto. Y, al mismo tiempo, son suficientes los planos donde el sistema 3D cobra su propio sentido y nos sentimos conformes. Aun así, NO espere el espectador hallar GRAN diferencia con el original en lo que respecta al sucesivo proceso del hundimiento. De hecho –y esto es algo que ya sentí en el estreno de 1997-, hubiera personalmente deseado más (todavía MÁS, siendo Cameron su director) dosis de TENSIÓN, ANGUSTIA y TERROR desde que el barco choca hasta que desaparece bajo las aguas. Sea como sea, el realizador (y experto submarinista) canadiense ha entregado una arquitectura cinematográfica que irrita a una dispersa minoría y fascina a una inmensa mayoría. No creo, por ello, que se deba menospreciar a quienes no comulgan con la película, siempre y cuando sus argumentaciones se presenten razonadas con el mínimo intelectual exigible (hay comentarios vacíos y penosos, pésimamente escritos y –algunos de ellos- en el filo de la chabacanería, dejando frío e indiferente al lector). Resulta fácil asumir que este film brilla por su impecable construcción narrativa de alta precisión y por su montaje diáfano y en verdad milimétrico. Y considero que hay que ser portador de un corazón de la más dura roca (se ve que hay seres que sí lo poseen) para no emocionarse en muy determinadas escenas. La cinta ha tenido la inmensa fortuna de contar con la participación de Gloria Stuart (en el personaje de Rose anciana). Su conmovedora interpretación ya mantiene a flote la película desde el primer hasta el último fotograma, ya que a esta magnífica actriz le corresponde situar al espectador en la visión retrospectiva del drama. Si otorgo a “Titanic” la máxima valoración es por el refinado virtuosismo secuencial que la sostiene y por la inolvidable y sobrecogedora figura de la ya citada (y desaparecida) Ms. Gloria Stuart.
PROYECTOR
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