Diez años después de la cancelación de la serie de TV, y cinco después de que sucediera lo mismo con la serie animada, llegó por fin a la pantalla la película de Star Trek sobre la que en su momento se especuló mucho. El cuatro veces ganador del Oscar, Robert Wise (West Side Story, Sonrisas y Lágrimas), fue el encargado en tareas de dirección, nada raro teniendo en cuenta su experiencia en la sci/fi con largometrajes como Ultimátum a la Tierra (1951) y La Amenaza de Andrómeda (1971). Es una de sus últimas películas, aunque hasta el 2005 no falleció (1914-2005).

Se mantiene el reparto de la serie de TV y sus respectivos roles: William Shatner (James T. Kirk), Leonard Nimoy (Dr. Spock), DeForest Kelley (1920-1999, McCoy), James Doohan (1920-1985, Scotty), George Takei (Sulu), Walter Koenig (Chekov) y Nichelle Nichols (Uhura). Dos novedades en la tripulación de la Flota Estelar, los personajes del Capitán Decker e Ilia, interpretados por Stephen Collins y Persis Khambatta respectivamente

La idea de este primer Star Trek surge de un capítulo de la misma serie. La Tierra es amenazada por la inminente aparición de una nube que absorbe planetas -como el personaje de Galactus de Marvel-. Dentro de la nube, el responsable, una nave espacial con la que los miembros del USS Enterprise se pondrán en contacto para evitar que sucedan esos trágicos acontecimientos.

Atraído por las dos recomendables partes de Star Trek de J. J. Abrams, me dispongo a darle una oportunidad a las películas originales. En pleno 1979, el año de su estreno, ya se había estrenado la primera parte de la franquicia rival de los trekkies, La Guerra de las Galaxias (1977) de George Lucas. Se podría pensar que Star Trek trataría de aprovechar el éxito de ésta y ofrecer una intrépida cinta de aventuras. Para nada, la película basada en los caracteres creados por Gene Roddenberry puso el punto de mira en otra película, 2001: Odisea del Espacio (1968).

Salvando las distancias por supuesto. Las comparaciones vienen porque al igual que la considerada obra maestra de Stanley Kubrick, Star Trek: la Película es lenta de ritmo -moroso dirán los espectadores menos pacientes-, con encuentro con otra amenazante civilización, maquina que se vuelve contra la raza humana, agujeros de gusano, incluso alguna pequeña dosis de teología y filosofía, aunque la película de Robert Wise nunca da para un debate ni lo pretende. El acabado técnico también es similar, esplendido, y es que 45 millones de dólares de la época dan para mucho. La recaudación, 140 total mundial, de los cuales 82 solo en USA.

No hay casi escenas de acción, de hecho no hay, esta aventura de Star Trek muestra como los tripulantes del Enterprise salen airosos gracias a la lógica y el ingenio. Ciencia ficción de la inteligente, y lo mejor, que engancha merced a un argumento genera un clima de misterio en todo momento, y ganas de saber qué se encuentra oculto en la nube que todo lo devora. Las respuesta es convincente y no deja cabos sueltos.

A destacar en positivo: la recordada banda sonora de Jerry Goldsmith -la melodía con la que se suele asociar a la saga-, la presencia de Leonard Nimoy/Dr. Spock, y el diseño de producción, con el cual nos podemos recrear la vista viendo la lentitud con la que se dan ciertas escenas.