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España España · Barcelona
Voto de David MS:
7
Ciencia ficción Nuevas aventuras del almirante James T. Kirk y el resto de la tripulación de la nave Enterprise, que una vez más se atreve a llegar "donde ningún hombre lo hizo jamás". Ricardo Montalbán repite su personaje de villano que interpretó en 1967 en el episodio televisivo "Space Speed". (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Space Seed (Semilla Espacial) es un capítulo de la serie Star Trek emitido en el año 1967. El episodio cobraría mayor importancia desde el momento que se decide que la secuela de Star Trek: la Película (1979) continúe de manera directa con lo contado en Space Seed. El título, Star Trek 2: La Ira de Khan (1982), considerada una de las mejores secuelas de las adaptaciones fílmicas de los personajes creados por Gene Roddenberry -por lo menos con la tripulación de James T. Kirk al frente-. El director es Nicholas Meyer, conocido en ese momento por ser el firmante de la interesante Los Pasajeros del Tiempo (1979).

El reparto, el mismo de siempre: William Shatner (James T. Kirk), Leonard Nimoy (Dr. Spock), DeForest Kelley (1920-1999, McCoy), James Doohan (1920-1985, Scotty), George Takei (Sulu), Walter Koenig (Chekov) y Nichelle Nichols (Uhura). Las novedades son la debutante Kirstie Alley (Capitana Saavik), Paul Winfield (Terrell), Bibi Besch (Carol, antiguo amor de Kirk) y Merritt Butrick (David, hijo del mismo Kirk). El punto de maldad lo pone Ricardo Montalban como Khan, papel que ya ejerció en la serie.

La Ira de Khan supone el reencuentro de la USS Enterprise con Khan, un personaje exiliado por Kirk en un planeta desierto. Dieciséis años después la nave de la Flota Estelar USS Reliant se pasa por allí pensando que está abandonado, su intención, probar un dispositivo, el Génesis, que permite crear vida en planetas que carecen de ella. Khan -y sus súbditos- se hacen con la USS Reliant, y con el Génesis, ambos elementos para su venganza contra James T. Kirk.

La primera película de Star Trek tenía un presupuesto de 45 millones de dólares, que multiplicó en taquilla por tres. Lo que para cualquier productora podría parecer un éxito no lo fue para la Paramount, que decidió rebajar la inversión en la secuela hasta unos 11 millones de dólares, esta vez multiplicados mundialmente por diez. Las carencias presupuestarias se suplieron repitiendo imágenes de la anterior, y cambiando el tono de alta tecnología -a lo 2001 de Kubrick- de la precedente por un tono más aventurero emparentado con el serial televisivo -las habituales batallas espaciales estratégicas-.

Esta reducción de presupuesto sentó bien, tal vez no a la espectacularidad de la propuesta, pero sí a los personajes, en especial James T. Kirk (Shatner), sobre el que gira parte de La Ira de Khan. Conocemos su dimensión más humana, aficiones, su papel de mentor, su hogar, antiguos amores, conoce a su hijo, su enfrentamiento con uno de los peores villanos de la Flota Estelar, y lo mejor, su amistad con el mejor personaje del universo trekkie, el Dr. Spock -genial Leonard Nimoy siempre-.

Al contrario que la anterior Star Trek, hay más equilibrio entre la historia y el interés de los personajes, el otro beneficiado junto a la pareja Kirk y Spock -éste último sobre todo en el clímax- es el villano Khan, carismático villano con la habitual megalomanía comiquera vista en muchas sci/fi de serie B -lo que acaba siendo muchas veces el universo Star Trek-,

La escena a destacar contiene spoiler: posiblemente de las más recordadas de la saga, la muerte de Spock por la radiación tras salvar a la flota de una muerte segura. La misma situación se da en el reciente Star Trek: En la Oscuridad (2013), también contra Khan, pero con la muerte de otro personaje principal -no tan querido, de momento-.
David MS
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