Estrenada en 1985, Noche de Miedo supuso un éxito de taquilla que la convirtió en un pequeño clásico del terror contemporáneo, llegando a contar incluso con una secuela que pasó algo desapercibida. Escrita y dirigida por Tom Holland, que volvería a dar en la diana con su siguiente largometraje, Muñeco Diabólico, esta primera versión de Noche de Miedo contaba en su reparto con el sosainas William Ragsdale como protagonista, mejor acompañado por secundarios como Roddy McDowall en el carismático papel del cazavampiros Peter Vincent, y Chris Sarandon como el interesante vampiro Jerry Dandridge, carácter que ha quedado olvidado pese a la buena labor del hermano de Susan Sarandon.

Veintiséis años después llega este remake, que mantiene casi punto por punto el guión de Holland, con Craig Gillespie (Lars y una Chica de Verdad) desempeñando labores de dirección. En su reparto, el joven Anton Yelchin como héroe, Colin Farrell como su vecino chupasangre, Imogen Poots como su chica, Toni Collette como su madre, Christopher Mintz-Plasse como su mejor amigo y David Tennant como Peter Vincent. Entre las curiosidades del equipo técnico, la sorpresa de encontrar al español Javier Aguirresarobe como director de fotografía, uno de los (pocos) aciertos de Noche de Miedo (2011).

Charley (Yelchin) es un estudiante de vida modélica que descubre que el inquilino de la casa de al lado es un vampiro (Farrell), que está acabando poco a poco con la vida de todo el vecindario. Charley tratará de poner a salvo a su madre y a su novia (Collette y Poots), para ello contará con la ayuda de un actor de un espectáculo de Las Vegas, Peter Vincent (Tennant), experto en temas vampíricos.

Lo peor de Noche de Miedo (2011) es la ausencia de novedades en el guión respecto a la película en la que se basa. No hay nada nuevo salvo un cambio de escenario, el oficio del personaje de Peter Vincent y la posibilidad que se tiene hoy día de poder usar las nuevas tecnologías tales como teléfonos móviles, redes sociales o comprar por eBay. Por lo tanto, desde pasada su escena inicial ya sabemos que va a pasar y a donde nos guía cada situación.

Pero pese a esa falta de novedades tampoco hay mucho positivo en esta Noche de Miedo, empezando por el tratamiento que se le ha dado, muy light, blanco, para estupidizadas generaciones MTV, todo muy 'teen', con escenas de terror más aparatosas que conseguidas, con una sangre falsa hecha con CGI, al igual que sus ruinosos efectos especiales. Por supuesto, como toda película actual, se ha hecho la conversión al 3D para sacarnos unas perras más, lo que quiere decir que no faltan objetos que son lanzados a la pantalla sin motivo aparente alguno.

En el reparto Anton Yelchin como un no muy convencido héroe, un exceso chulopiscinas Colin Farrell disfrutando el tiempo que está en pantalla, una aborrecible Imogen Poots que solo sirve para lucir palmito, Toni Collette que simplemente está, un David Tennant que aunque se esfuerza no hace olvidar la labor de Roddy McDowall en la original, y Christopher Mintz-Plasse, de lo más interesante aunque infrautilizado, en un papel de friki similar al que ya hizo en Kick-Ass. Añadir el cameo de Chris Sarandon, lo mejor, aunque solo sea por la referencia al film de Tom Holland.

Valorándola independientemente de la fuente en que se basa, Noche de Miedo queda como una película de terror insatisfactoria, que podría agradar a aquella gente que disfrutó de propuestas adolescentes como Disturbia (que estaba algo mejor, todo sea dicho). Sin embargo, para aquellos que la comparen con la original, decir que tomarán este remake como un insulto hacia el recuerdo del mismo.