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Voto de Seldon:
8
7,6
46.242
Thriller. Drama
Cuando la joven y querida princesa Susannah es raptada, el primer ministro Michael Callow se enfrenta a una difícil y delicada situación. Para ponerla en libertad, el secuestrador exige que el primer ministro tenga relaciones sexuales con un cerdo y sea retransmitido en directo... Primero de los episodios independientes de "Black Mirror", serie creada por Charlie Booker, antiguo crítico televisivo de "The Guardian" y artífice de "Dead Set" (2008). (FILMAFFINITY) [+]
11 de abril de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Black Mirror es una serie británica de ciencia ficción, y aunque efectivamente se le nota lo segundo (lo de británica, por la ambientación, el estilo y la manera en que está rodada) no parece ni lo primero ni lo último.
No parece una serie porque en realidad no lo es. Está formada por dos temporadas de tres episodios cada una, pero los episodios son completamente independientes, no comparten ni argumento, ni personajes, tienen un todo distinto cada uno, y ni siquiera se desarrollan en un “universo” común. Realmente son como pequeñas (de unos 45 minutos de duración) películas para TV independientes entre sí.
Y no parece ciencia ficción porque aquí no hay naves espaciales, ni robots, ni viajes en el tiempo,... y sin embargo, es ciencia ficción. En general los episodios ocurren en un futuro muy cercano (te da la sensación de que los avances tecnológicos que se muestran en pantalla podrían estar disponibles a la vuelta de la esquina) e incluso algunos podrían ocurrir en el presente. Porque la CF es un género fundamentalmente de ideas, de preguntarse “¿Que pasaría si....?¿Cómo sería el mundo?¿Cómo viviríamos?
Y esto es lo que hace la serie. Realmente lo más interesante de cada episodio no es la historia que cuenta en si, sino el debate que abre o puede abrir. Porque lo que tienen en común todos los episodios es nuestra relación, un poco (o más bien bastante) enfermiza con la tecnología, con los medios de comunicación, con las redes, etc. y como por una parte somos totalmente dependientes de ellos y por otra los efectos perniciosos que pueden llegar a tener según como las usemos.
No voy a meter demasiados spoilers ni a revelar el final de los episodios, pero si quiero contar que va cada uno, revelando el planteamiento inicial de su argumento, así que avisados quedáis....
si te interesa, consulta: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2013/04/black-mirror-cf-de-la-buena.html
No parece una serie porque en realidad no lo es. Está formada por dos temporadas de tres episodios cada una, pero los episodios son completamente independientes, no comparten ni argumento, ni personajes, tienen un todo distinto cada uno, y ni siquiera se desarrollan en un “universo” común. Realmente son como pequeñas (de unos 45 minutos de duración) películas para TV independientes entre sí.
Y no parece ciencia ficción porque aquí no hay naves espaciales, ni robots, ni viajes en el tiempo,... y sin embargo, es ciencia ficción. En general los episodios ocurren en un futuro muy cercano (te da la sensación de que los avances tecnológicos que se muestran en pantalla podrían estar disponibles a la vuelta de la esquina) e incluso algunos podrían ocurrir en el presente. Porque la CF es un género fundamentalmente de ideas, de preguntarse “¿Que pasaría si....?¿Cómo sería el mundo?¿Cómo viviríamos?
Y esto es lo que hace la serie. Realmente lo más interesante de cada episodio no es la historia que cuenta en si, sino el debate que abre o puede abrir. Porque lo que tienen en común todos los episodios es nuestra relación, un poco (o más bien bastante) enfermiza con la tecnología, con los medios de comunicación, con las redes, etc. y como por una parte somos totalmente dependientes de ellos y por otra los efectos perniciosos que pueden llegar a tener según como las usemos.
No voy a meter demasiados spoilers ni a revelar el final de los episodios, pero si quiero contar que va cada uno, revelando el planteamiento inicial de su argumento, así que avisados quedáis....
si te interesa, consulta: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2013/04/black-mirror-cf-de-la-buena.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El primer episodio se titula El himno nacional, y probablemente es mi preferido, por lo verosímil que resulta, y porque no se desarrolla en el futuro, ni siquiera cercano: no es necesario ningún avance tecnológico que no tengamos ya para que pudiese ocurrir lo que aquí se cuenta, que fundamentalmente es la retorcida reacción que puede llegar a tener la gente gracias a los medios de comunicación tradicionales (la televisión) y a las redes sociales ante una situación extrema.
La historia que plantea es que un miembro de la familia real británica, una princesa muy querida por el público, es secuestrada y el secuestrador sólo pide una cosa para liberarla, un acto de humillación extrema: el primer ministro tendrá que tener sexo con un cerdo, real, sin trucos ni dobles, y este deberá ser televisado ante todo el país, sin cortes.
Ante esta nueva forma de terrorismo, como lo empiezan a denominar los medios de comunicación, la reacción de dichos medios es curiosa: primero deciden no informar, para no seguirles el juego, pero luego alguien rompe el fuego, y claro... la cobertura es masiva. Y la reacción del público, de la gente normal también evoluciona de una forma curiosa: primero es lógica y razonable (“¡Que barbaridad!, Pobre hombre, ¿pero cómo va a hacer semejante cosa? Es impensable), luego de empatía (“Si finalmente llega a hacerlo, este hombre es un héroe, se está sacrificando en una humillación pública, está salvando a la princesa...”) y luego retorcida y perversa (“¡Pero que egoísta!, como todos los políticos, por su culpa van a matar a la princesa. Tampoco es para tanto ¡Que lo haga!, ¡que lo haga!”).
La historia que plantea es que un miembro de la familia real británica, una princesa muy querida por el público, es secuestrada y el secuestrador sólo pide una cosa para liberarla, un acto de humillación extrema: el primer ministro tendrá que tener sexo con un cerdo, real, sin trucos ni dobles, y este deberá ser televisado ante todo el país, sin cortes.
Ante esta nueva forma de terrorismo, como lo empiezan a denominar los medios de comunicación, la reacción de dichos medios es curiosa: primero deciden no informar, para no seguirles el juego, pero luego alguien rompe el fuego, y claro... la cobertura es masiva. Y la reacción del público, de la gente normal también evoluciona de una forma curiosa: primero es lógica y razonable (“¡Que barbaridad!, Pobre hombre, ¿pero cómo va a hacer semejante cosa? Es impensable), luego de empatía (“Si finalmente llega a hacerlo, este hombre es un héroe, se está sacrificando en una humillación pública, está salvando a la princesa...”) y luego retorcida y perversa (“¡Pero que egoísta!, como todos los políticos, por su culpa van a matar a la princesa. Tampoco es para tanto ¡Que lo haga!, ¡que lo haga!”).