Me va a resultar un tanto díficil escriibir esta crítica tras el impacto que significó para mí ver el primer capítulo de esta pequeña joya de serie. Pocos programas televisivos pueden tener el honor de ser comparados con una experiencia cinematográfica. “Black Mirror” es digno de presumir que consigue con creces hacer que vivas 40 minutos de tensión pura en los que la intriga, la desesperación, la tragedia y el horror se fusionan como uno solo, logrando que el espectador termine con el pulso sanguíneo por los cielos y más golpeado emocionalmente que después de haber visto casi cualquier noticiero amarillista.



Cada capítulo de “Black Mirror” es auto- concluyente y el primero que nos ocupa titulado como “The National Athem” deja muy en alto las expectativas para esta mini-serie que bien podría ser una de las mejores sorpresas del pasado 2011 (junto con “Homeland” y “American Horror Story”) dejando muy en claro que mientras algunos productores se preocupan por repetir la fórmula mil veces vista y agotada una y otra vez para mantener a satisfecha a la audiencia (¿alguien oyó Glee o Grey´s Anatomy?), otros productores con presupuestos más limitados nos demuestran que la experiencia cinematográfica también esta presente en la pantalla chica. Es casi imposible explicar de qué trata este capítulo de “Black Mirror” sin destriparlo, así que unicamente me limitaré a escribir el planteamiento de este.


La historia arranca en Londres por la madrugada. El ficticio primer ministro de Inglaterra, recibe una llamada en el que se le informa que la princesa Sussanah (una figura muy querida que pareciera ser un guiño a Lady Di), ha sido secuestrada. El es el único que puede salvarla, pero la propuesta de rescate sin lugar a dudas amenaza la imagen pública y moral del Ministro para el resto de su vida. El secuestrador propone que liberará a la princesa únicamente si a las 4 PM el mencionado político aparece en una transmisión nacional vía satélite que podrá ver todo el país. En esta transmisión el Primer Ministro debe mantener en vivo y en directo relaciones sexuales con una cerda, exigiendo que se cumplan una serie de instrucciones bastante específicas. Sin duda alguna un evento de esta índole terminará atrayendo la atención masiva del pueblo inglés que hará de las redes sociales y los medios de comunicación, un protagonista más que definirá el destino de la trama y del protagonista. ¿Por qué impacta tanto “The National Athem”? ¿Por ser extremadamente gráfico o explícito? Nada de eso.

El temor está implícito en los diálogos y en lo grotesca que resulta la historia, pues a partir de ese desconcertante planteamiento, el episodio empieza a desarrollar todas sus tramas con un muy buen ritmo y distribuyéndolo todo correctamente. El capítulo va in cresendo, la tensión va en aumento hasta que sientes que se te sale por la garganta. Cada personaje hace una valiosa aportación y así vemos desde las reacciones del primer ministro ante la situación hasta la impotencia de la desesperada esposa, quién sufre al pensar que la verguenza de su marido, es lo único que puede salvar una vida inocente. También asistimos las acciones por parte del equipo de seguridad y prensa así como la colaboración de los medios sociales, noticieros, tweets y el mismo público inglés viviendo este acontecimiento histórico, algunos padeciendo el evento y otros disfrutando morbosamente.

Sigo en spoiler por falta de espacio