He de reconocer que he llegado a esta cinta gracias a la recomendación de Tarantino en "Dead Proof". Y puesto que como ya he manifestado en otras críticas soy un apasionado del mundo del motor de Detroit, y de cuando los coches se reparaban a golpe de llave inglesa, y no conectándolos a un ordenador acabé por hacerme con ella y verla. Dejando de lado el tributo que se le hace un un clásico como el Dodge Challenger, es una película donde el trasfondo ideológico está muy presente.
El protagonista es todo un cruzado de las ideas, y las antepone a todo hasta las últimas consecuencias, haciendo bueno aquello de: "Mejor morir de pie que vivir de rodillas", y por esa misma insumisión ideológica la propia sociedad que lo excluye otorgándole el rol de elemento subversivo que debe ser eliminado. En definitiva; gran peli prácticamente olvidada, menos mal que ahí estaba el amigo Quentin para devolverla un poco de prestigio.