Después de darme una vuelta por producciones lejos de los Estados Unidos, el cuerpo pedía ya alguna distracción en la que no hubiese que usar el cerebro y di por casualidad con esta producción de ciencia-ficción de serie B, una combinación bastante atractiva para mí, si bien sé lo que me puedo encontrar que no suele ser bueno.

Joe Turkel ('El resplandor', 'Blade Runner') es el único reclamo de esta cinta dirigida por un tal D.J. Webster que suena a disc-jokey y que solo es un realizador mediocre, visto lo que hay en esta producción; que Turkel sea lo único conocido tampoco es, per se, una garantía de nada pues sus papeles por los que mayormente se le conoce no son más que papeles secundarios con cierta relevancia bien interpretados, pero nada más.

Así que solo con su estatus de serie B me lancé a la aventura, una aventura en la que sabía lo que podía encontrarme...y así ha sido. Un largometraje modesto con bastantes semejanzas a 'Alien, el octavo pasajero' en sus trabajadores industriales, su nave diseñada con un tono futurista-realista y una amenaza de otro mundo en el que parece que no quedó mucho presupuesto para efectos especiales y se las tuvieron que apañar como pudieron. No obstante, el aspecto visual es digno y la historia no estaba mal pensada, si bien está mal ejecutada al no tener realmente un tono amenazante; los actores están ahí, dicen sus líneas y ya. Ni siquiera Joe Turkel (en la que es su último trabajo en un largometraje) está mejor que el resto.

Quien sabe si contando con más medios y mejores talentos delante y detrás de las cámaras podríamos haber visto una lograda cinta de terror espacial. Eso ya nunca lo sabremos y tampoco es una incógnita que la humanidad se muera por resolver.