Un día, a Tom Cruise le dio por saltar encima de un sofá en el programa de Oprah Winfrey mientras promocionaba 'La guerra de los mundos' (2005). Aquella escena fuera de focos le costó un ridículo del que tardó años en recuperarse y, según parece, el fin de la colaboración con Spielberg al ver que la estrella estaba más por otras cosas que promocionar la película.

Como si de una maldición se tratase, desde 2006 a 2013 Cruise apenas rodó películas que hiciesen demostrar su estatus como uno de los grandes nombres del panorama cinematográfico estadounidense. Afortunadamente para él y su carrera, vino Doug Liman al rescate.

El director de 'El caso Bourne' se encargó del manga de Hiroshi Sakurazaka y Cruise resurgió como el ave fénix. En 'Al filo del mañana' recupera su carisma y su talento que mostró a cuentagotas desde el episodio del sofá y volvió a ser el que siempre fue.

No solo a Doug Liman le pertenece esta resurrección, sino que uno de los nombres detrás del guion es uno de sus colaboradores recientes Christopher McQuarrie. La historia de un 'Atrapado en el tiempo' con extraterrestres es bastante eficaz, pues el ingenio de los escritores da pie a repeticiones de lo mismo, pero siempre desde una perspectiva diferente conociendo mejor la historia y a sus personajes, entre ellos una Emily Blunt que aguanta sin titubear la presencia de Cruise con un personaje como Rita Vrataski al que encarna de una forma tan magnética que parece imposible que saliese mejor en manos de una experta del género de acción como Gina Carano o Milla Jovovich (claro que Blunt tiene más talento que ellas dos juntas).

He visto esta película en 2020, pero imagino que parte de mi comentario ya sería similar en el momento del estreno. Tom Cruise no estaba muerto, sino de parranda y un filme con acción a cascoporro y bien ejecutado, efectos especiales de primer nivel y el carisma y talento de sus dos protagonistas (sin olvidar la aparición de Bill Paxton como secundario de lujo, actor al que se echa en falta) como 'Al filo del mañana' le devolvió al buen camino del que se sigue torciendo de vez en cuando ('La momia'), aunque fue una prueba de que conservaba el toque.