Bob Dylan. Un icono musical. Un cantautor legendario. Él es, sin serlo directamente, el centro de atención de esta película dirigida por Todd Haynes (director de películas reconocidas como 'Velvet Goldmine' o 'Lejos del cielo') con un reparto de estrellas.

En esta película se cuentan vivencias, a modo de falso documental, de varias personas. Todas ellas tienen algo en común. Son cantautores venerados. La diferencia es que vemos diferentes etapas de la vida en cada uno. Por un lado, tenemos a Woddy, un niño afroamericano que canta sobre trenes, pero que sufrirá un cambio en su lírica por una sugerencia de uno de sus multiples encuentros. Un niño con talento que aporta un tramo bueno a este film coral.

También tenemos a Arthur, una persona que solo se muestra hablando delante de la cámara en toda la película. A pesar de ser el mismo perfil de personaje, su parte no es el mejor trozo de la película (tampoco es que haya mucho que destacar).

Jude es otro lado del mismo personaje. Este es el lado más salvaje y polémico. Las escenas donde esta cantante aparece dan alas a la película.

Por último, están Robbie, el lado familiar de la misma persona, Jack, un cantante que obtiene la redención y Billy, un solitario entrado en años. En definitiva, todos estos personajes vienen a ser el mismo. Cada uno con sus letras, sus vivencias, sus aventuras, sus pensamientos. Y ninguno de ellos desentona como cada uno de las personalidades de Bob Dylan. Tampoco los actores secundarios decepcionan. Dan lo que se les pide. No hay más.

Valorando la película en si, en mi opinión, esta película gana en su aspecto como documental sobre una personalidad del mundo de la música porque suelo ver documentales de grupos musicales. La fotografía del filme no es corriente sin ser única. Es decir, se sirve de los escenarios para hacer una fotografía que destaque, y debido a que en casi todo el metraje se cuentan las historias de los personajes es difícil que aburra, excepto si no eres un fan de Bob Dylan, o no estás mínimamente interesado en él. En mi caso, no soy muy fan de Dylan (sin dejar de reconocer lo que es para el mundo de la música), aún así, la reputación de la película fue lo que me atrajo, y no he salido insatisfecho.