Merece la pena reflexionar sobre la fascinación generalizada que provoca el tema de la mafia. ¿De dónde proviene? Seguramente no por su secretismo ni por sus códigos de honor. Yo atribuyo su origen a la represíón social que todos sufrimos. Sujetas nuestras vidas por todas esas normas, leyes, patrones éticos, etcétera, que nos marca nuestra educación, nos fascina que alguien sea capaz de saltárselas con ese convenicimiento.

La idea de la mafia nos hacer dudar de nuestra sociedad, de nuestros valores, de esa ley que nos protege, de esas normas que nos rigen.
Y esa duda nos fascina. O eso parece.

Porque si no, no tendría sentido que El Padrino tuviese esa fama de "posiblemente mejor película de la historia". Es una película buena, no cabe duda. Pero ¿tanto?

He leído que Mario Puzo escribió la novela sin más ambición que llenarse los bolsillos. Listo el tipo. Morbo, polémica y un tema que siempre vende.
Nazis, templarios y gangsters mafiosos. ¿Qué sería del cine sin ellos?