La cinta de Susanna White se aleja de los caminos típicos del western para adentrarse en un terreno donde el biopic y la denuncia social se dan la mano. No es una cinta donde la acción tenga un papel fundamental. Se desarrolla lentamente y toma su tiempo en llegar al clímax. También en presentarnos a los diferentes personajes, en especial a los protagonistas. Es un film intimista y sobrio, donde resulta más importante lo que los personajes dicen que lo que ocurre ante nuestros ojos. Algunos de sus diálogos son bastante acertados. En especial los que nos deja la pareja protagonista, Catherine Weldon y Toro Sentado.


Como biopic nos relata la historia de Catherine Weldon, una pintora que después de enviudar decide visitar una reserva india con el objetivo de hacer un retrato de Toro Sentado (una importante figura de la historia de los nativos americanos). Si bien es cierto que la vida de Catherine queda algo desdibujada hasta llegar a la reserva, podemos intuir ciertas partes de su historia y de su personalidad. Porque el retrato es solo una excusa. Lo que de verdad ansiaba conseguir Catherine era libertad. Una libertad de la que nunca había podido gozar como mujer y que sus semejantes le negaban constantemente. Aunque no conozco mucho acerca de la historia real del encuentro entre estos dos personajes, me ha parecido que la cinta produce un acercamiento bastante realista de lo que podría haber sucedido. Puede que se tome ciertas licencias, pero el verdadero sentido del encuentro queda latente. Por otro lado, también nos narra parte de la vida de Toro Sentado, cuya existencia queda un poco desdibujada hasta ese momento. No obstante, como ocurre con Catherine la cinta nos va dando pistas de lo que ha llevado al personaje al punto exacto donde se encuentra.


Como denuncia social es una muestra bastante fiel del racismo, la marginación y el maltrato que recibieron los nativos americanos por aquellos que fueron a usurpar sus tierras y a exterminarlos. A pesar de tener pocos momentos verdaderamente dramáticos, Susanna White nos hace comprender la profunda desilusión, desesperanza y hastió de una población sumida en la miseria a la que se lo habían arrebatado absolutamente todo y que tenían que ver a diario como cada día perdían más derechos.


En resumen, podemos decir que ‘’La mujer que camina delante’’ es un film cargado de nostalgia e intimismo, con una fotografía realmente bella que se nutre de instantáneas de paisajes envidiables y un elenco de actores que está a la altura de lo que se les pide ( destacando a Jessica Chastain, Michael Greyeyes, y Sam Rockwell). No es una cinta redonda que destaque por encima de otras o que resulte inolvidable al espectador. A pesar de ello, su visionado resulta agradable y necesario como lección de historia, funcionando como un testimonio de los crímenes cometidos contra la población nativo americana, que fue diezmada por los que hoy en día se hacen llamar así mismos ‘’americanos’’.