Hace ya unos cuantos años que tuve la ocasión de poder contemplar este film y recuerdo cómo me impactó la historia que contaba y sobre todo la época en la que lo contaba -apenas 14 años de haber finalizado la contienda-. Acostumbrados a las grandes superproducciones americanas de los años 60 que reflejaban la II Guerra Mundial siempre desde la visión de los vencedores, "El puente" es un singular testimonio cinematográfico que rompe con el tono épico de la guerra y se convierte así en un precursor del cine con tintes bélicos pero con un contundente mensaje antibelicista.
Alejado de cualquier tono didáctico o moralista, el film ofrece un relato que conmueve ya desde el principio por acercar al espectador a unos protagonistas que, desde la seguridad y el cobijo de su infancia/adolescencia asisten como testigos no invitados al desmoronamiento de los últimos baluartes sobre los que ha estado edificados los últimos 5 años de sus vidas. En la lejanía de un ignoto y perdido pueblecito, hasta ese momento a salvo de la brutalidad de la guerra, se ven abocados a tomar parte en algo que no hubieran nunca decidido. Su inocencia, su ingenuidad, su idealismo, arrojan destellos de luz sobre las alargadas sombras del desastre que se avecina, y donde el límite entre la valentía y la cobardía quedan difuminados dejándonos sin guía de orientación.