Cómo puede una persona caer en la degradación, desesperación y putrefacción personal cuando las circunstancias te empujan a ello. Eso es lo que se nos relata aquí.
"El expreso de medianoche" no deja nada a medias tintas, va directamente al grano y no le sobra ni un minuto para que toda la transformación que sufre el protagonista nos resulte creíble.
Con Estambul como escenario, nos muestra la dureza de su sistema penal, quizás un poco exagerado, aunque hemos de comprender que se basa a principio del año 1970, en su momento fue muy criticada por este país por enseñar una realidad que no era y que era perjudicial para el sector turístico.
La belleza de sus mezquitas se ve enturbiada por esta historia basada en hechos reales y con tintes dramáticos de auténtica hecatombe del comportamiento humano.

La actuación de Brad Davis gana con los minutos, pasando de ser forzada en el arresto inicial a coger realismo en su agonía posterior.