Marcus Nispel debutó en 2003 como director con el pobre remake de La matanza de Tejas. Luego vino el de Pathfinder el guía del desfiladero, y unos años después perpetró el de Viernes 13, mira que era fácil mejorar la de 1980 pues su versión es todavía peor, y ahora nos defeca este engendro de cartón-piedra malo hasta decir basta.

La primera versión de Cónan es una gran película de espada y brujería y su deplorable remake la hace todavía más grande. En el papel protagonista toma el relevo de Cónan el hawaiano Jason Momoa, un tirillas al lado de Arnold y su actuación deja mucho que desear con esa mirada exótica-chunga que tiene. Además su personaje va de sobrado, desde que es un niño se carga a cualquiera que se le ponga por delante y no digamos su compañera de aventuras Rachel Nichols, que pelea más y mejor que Cónan, en ese rollito feminista de mujer guerrera ridículo e imposible de creer.

Todo resulta cutre y disparatado y lo único que me gustó fue la pelea que mantienen Cónan y su "novia" contra unas criaturas arenosas. No mejora la versión de 1982 y más se parece a un capítulo de la serie Hércules protagonizada por Kevin Sorbo en los noventa que a cualquier otra cosa. El compositor de 300 no logra hacernos olvidar la magnífica banda sonora de Basil Poledouris. El film fue un fracaso merecido.