Prometedor debut como director y guionista de Guillermo del Toro en una original historia vampírica.

Un gran Federico Luppi interpreta al propietario de una tienda de antigüedades que un día descubre en el interior de una figura, un extraño artilugio fabricado por un alquimista del siglo XVI que esconde el secreto de la inmortalidad.

En el reparto también aparece el actor fetiche de su director, Ron Perlman, que encarna al sobrino de un millonario que ansía hacerse con el objeto a cualquier precio porque está enfermo de cáncer terminal.

En su día cosechó críticas muy positivas y tuvo cierta repercusión internacional. Yo la vi un par de años después del estreno y me decepcionó bastante. Me esperaba otra cosa tratándose de una película de vampiros. La vuelvo a revisar ahora unos cuantos años después, ya adulto, y reconozco que no está tan mal como la recordaba. No obstante, su ritmo pausado hace que se me haga algo aburrida y aunque no es una mala película tampoco me ha parecido tan buena como la crítica reconoce.