Historia basada en un hecho real en el que un pequeño pueblo de Tennesse demandó a un profesor por enseñar a sus alumnos las teorías evolucionistas de Darwin. Un eficaz abogado será el encargado de defenderle del fiscal, quien es adorado por los vecinos y en el pasado fue amigo suyo.

La película plantea un interesante debate cuando la ciencia choca con la religión. Muestra el fanatismo y la ignorancia de los fundamentalistas hasta dejarlos en ridículo, me vale cualquier religión no necesariamente la cristiana, y también critica a todos aquellos que, como el periodista encarnado por Gene Kelly, no creen en nada y de todo hacen bromas, puesto que al final es un tipo de personas que acaban solos y abandonados.

Dos horas de apasionante debate magníficamente interpretado por el veterano Spencer Tracy que cosechó otra merecida nominación al oscar.

Lo más inquietante es que a pesar del tiempo transcurrido el debate continúa hoy en día. La batalla entre creacionistas y evolucionistas sigue.