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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
8
Intriga. Cine negro. Thriller. Drama Bridget Gregory (Linda Fiorentino) es una mujer fría y calculadora que huye con un millón de dólares que ella y su marido (Bill Pullman) habían conseguido traficando con medicamentos. En un pequeño pueblo conoce a Mike Swale (Peter Berg), un hombre que se enamora perdidamente de ella, pero a Bridget él sólo le interesa como instrumento para librarse definitivamente de su marido y quedarse con el dinero. (FILMAFFINITY)
7 de julio de 2020
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A partir de una revisita a The Last Seduction (1994), de John Dahl, se puede observar un papel icónico para una mujer en el cine. Feminista sin marco teórico, Linda Fiorentino prefirió desaparecer de las grandes pantallas antes de ser sometida por el sistema.

Por Nicolás Bianchi

“La tengo como un caballo”, le dice Mike (interpretado por Peter Berg) a Bridget (Linda Fiorentino) en el cuarto o quinto intento por llamarle la atención dentro de un bar en un pueblo perdido del interior de Estados Unidos. “Ok, mostrámela”, responde la mujer que a partir de ahí ejercerá un control prácticamente absoluto sobre ese y todos los hombres que aparezcan en la película.

The last seduction es una película sobre el control, los límites y los roles. El límite está dado en la segunda escena. Clay (Bill Pullman) le pega un cachetazo a Bridget tras una respuesta que no le gustó. A partir de allí empieza su martirio, el de Clay claro está. Bridget le roba el dinero obtenido de manera ilegal a su marido, que es un médico que consigue y receta medicamentos que funcionan como drogas recreativas, y recala en Breston, Buffalo, un pueblo tranquilo de pocos habitantes.

El objetivo de Bridget siempre es volver a New York para vivir a lo grande y disfrutar del dinero, para lo que necesita deshacerse de su marido y conseguir un divorcio. Para ello manipula a todos los hombres que se le cruzan en su camino. Bridget es una bomba sexual, sensual desde la voz hasta los tacos que nunca se saca. Disfruta de su sexualidad con Mike a quien lleva de la rienda como un perrito faldero, pero además avanza en su plan más grande, su liberación total.

El papel interpretado por Linda Fiorentino, que en su breve carrera siempre interpretó roles similares, podría ser icónico si más gente hubiera visto o ve la película por estos días. Dentro de los géneros neo noir, policial, thriller, crimen, o como quieran catalogar a The Last Seduction, no es frecuente ver a una mujer que es sujeto de todas sus acciones, que lleva la acción a donde ella quiere, que impone sus condiciones todo el tiempo.

Por lo general las mujeres como Bridget, como Linda Fiorentino, han tenido el rol de femme fatal, de la dama por la que los caballeros matarían, del premio o recompensa final para la disputa entre el héroe y el villano, de la princesa. Gwyneth Paltrow en Hard Eight (1996, Paul Thomas Anderson), Kim Bassinger en L.A. Confidential (1997, Curtis Hanson), Sharon Stone en Casino (1995, Martin Scorsese) son ejemplos contemporáneos, incluso mínimamente posteriores, a la película en cuestión.

Las mujeres pueden ser más o menos o fuertes en estas películas, pero siempre la fragilidad termina siendo un rasgo dominante de sus interpretaciones. Necesitan que los hombres, en algún momento, las rescaten. Bridget no necesita nada de eso. Es una Terminator que, en vez de una shotgun, fuma un cigarrillo. A medida que avanza el film queda claro que la seducción es importante, pero que, sin dudas, la mejor arma de Bridget es siempre la inteligencia. Está siempre dos pasos delante de su marido, su amante, su jefe.

The last seduction es una muy buena película que está a dos o tres detalles de ser excelente. Los personajes están perfectamente presentados antes y durante los títulos iniciales. Bridget controla hombres en su trabajo como supervisora en un call center mientras que Clay está dominado por el miedo en su relación con los gangsters. El guión, escrito por Steve Barancik, es sólido, abunda en detalles que pagan a lo largo de la película. Quizás las formas abruptas con la que Bridget resuelve algunos problemas, en una narración donde prácticamente todo está sembrado con cuidado, sean los lunares que lo alejan de ser recordado con mayor asiduidad. La película mantiene la tensión hasta el final, logra climas, es divertida y graciosa sin perder el tono.

Linda Fiorentino había ganado exposición por su papel secundario en After Hours (1985), llegó a su mejor trabajo con The last seduction y luego participó de las muy taquilleras Jade (1995) y Men in Black (1997). De a poco se empezó a retirar de la actuación. No la llamaron para la parte dos de la saga protagonizada por Will Smith, filmó Dogma (1999, Kevin Smith) una película que tuvo más repercusión por los supuestos problemas en el set que por la obra en sí, participó de algunas películas menores hasta 2002 y recién volvió, por última vez, en 2009 en la también olvidable comedia romántica Once more with feeling.

Nunca cuajó del todo dentro de la industria de Hollywood. Se peleó con todos los involucrados en Dogma porque en el afiche promocional pusieron su cabeza con un cuerpo con busto más grande ya que ella no había ido a la sesión de fotos. Lo dijo públicamente pero nadie la escuchó porque eran otros tiempos. Se sabe, por ejemplo, que en el afiche de Pretty Woman (1990) las piernas de Julia Roberts no son las piernas de Julia Roberts. A Linda esas cosas no le gustaban y lo hacía saber.

También le ofrecieron trabajar en Top Gun (1986) con Tom Cruise pero les dijo que le parecía una “película mala para niños que además está mal planteada”. Cuando la llamaron para We’re angels (1989) le dijo a Robert De Niro que no iba a hacer la película, y que no entendía por qué él la iba a hacer. Hace dos décadas en una entrevista Linda sintetizó su postura: “Hollywood es muy machista. El control y el poder de decisión son masculinos. Los hombres eligen y crean mujeres que ellos puedan dominar, mejor dicho, controlar. Como a mí no me gusta estar callada, he tenido bastantes inconvenientes con los ejecutivos de Hollywood". La última mujer fatal, la que destruyó ese rol, Linda Fiorentino, a quien el tiempo le ha dado la razón con creces.
El Golo Cine
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