Creado por Luis Buñuel y Salvador Dalí. Se trata de un cortometraje de carácter experimental que sienta algunas bases para la corriente artística conocida como surrealismo en el cine.

Por Nicolás Bianchi

El surrealismo como movimiento cultural y de expresión artística es hijo directo de la Primera Guerra Mundial. Este conflicto supuso un cambio radical en la historia. De hecho, Eric Hobsbawm, prestigioso historiador inglés, data allí el comienzo de un período con una lógica propia que se extiende hasta la caída del Muro de Berlín en 1989. Los avances tecnológicos, el pasaje de una sociedad rural a una urbana e industrial y otros cambios delinearon un nuevo mundo.

Más allá de su impacto a nivel humano y social, las grandes guerras del siglo XX transformaron las formas de vivir, pensar y sentir de millones de personas. El surrealismo en general y Un chien andalou en particular, se caracterizan por presentar imágenes en principio ilógicas o irracionales. El componente onírico, a veces al estilo de una pesadilla, está también presente. Puede ser una respuesta posible a una realidad difícil de comprender y asimilar.

Con respecto a esto último, varias de las imágenes más potentes de este corto fueron inspiradas por sueños tanto de Buñuel como de Dalí. Según cuenta José de la Colina, escritor y periodista que ha entrevistado al cineasta en múltiples ocasiones, Buñuel había soñado que una hoja de afeitar se deslizaba sobre la luna. En el cortometraje, la hoja primero se desliza sobre el ojo de una mujer e inmediatamente se realiza un montaje con una nube que parece degollar a la luna.

A su vez, Dalí estaba perturbado por un sueño en el que hormigas caminaban por sus manos. Esta imagen se muestra al menos dos veces en Un chien andalou. Y también hay un agregado: las hormigas no solo caminan por la mano de un hombre, sino que surgen de dentro de él. Estas escenas y la descrita anteriormente bien podrían ser parte de una película de terror. En este sentido, hay algo que se busca constantemente en el film: el impacto.

En cuanto a su estructura, no tiene mucho sentido tratar de hilar una trama encon lo que se muestra. De hecho, este cortometraje ha sido considerado como un poema cinematográfico. Otra escena llamativa está dada por la pelea entre una pareja. Este asunto, justamente, es lo que une varias partes del cortometraje. Un hombre llega a una habitación donde se encuentra una mujer. Ambos ven un accidente en la calle a través de una ventana y se excitan.

Pero lo que comienza como un amorío termina en una discusión y un enfrentamiento. La mujer se defiende con una raqueta de tenis. En seguida el hombre empieza a arrastrar con todas sus fuerzas dos pianos de cola que tienen burros muertos encima en dirección hacia la mujer. Esta acción es ilógica y disparatada, pero de alguna forma supone un enfrentamiento. Hay algo de violencia y de respuesta a una agresión en eso que hace este personaje. O sea, hay algo de lógica en lo surreal.

Un chien andalou marca el inicio de la carrera de Buñuel y es una obra que ha sido citada y recuperada por todo tipo de artistas. La potencia de sus imágenes ha resistido al tiempo.

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