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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Voto de El Golo Cine:
6
Drama Argelia, años 90. Nedjma, de 18 años, estudiante alojada en la ciudad universitaria de Argel, sueña con convertirse en estilista y se niega a que los trágicos sucesos de la guerra civil argelina le impidan llevar una vida normal y salir por la noche con su amiga Wassila. Al caer la noche, se escurre entre las redes del alambrado de la ciudad con sus mejores amigas para acudir a la discoteca donde vende sus creaciones a las ‘papichas’, ... [+]
3 de noviembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y a la del pasado también. Papicha (2019), de la directora argelina Mounia Meddour, cuenta el difícil trance que deben atravesar un grupo de amigas en Argelia en la década del 90 mientras avanza allí la guerra civil impulsada por grupos islámicos radicalizados.

Por Nicolás Bianchi

En una sociedad convulsionada, un grupo de jóvenes estudiantes de universidad, que llevan un estilo de vida occidentalizado, chocan contra los grupos fundamentalistas islámicos que quieren imponer un modo de vida rígido y represivo. Papicha, ópera prima de su directora, parte de esa premisa y la recorre con una mirada que acentúa lo femenino, con un pie en ese pasado y otro en el presente.

Nedjma, alias Papicha, interpretada vibrantemente por Lyna Khoudri es la más extrovertida y pasional de un grupo de amigas que vive en un internado universitario. Ella pasa las clases dibujando ropas posibles para mujeres imaginarias. En la Argelia de los años 90 las muchachas deben llevar una suerte de doble vida, en la que pasan de vestidos brillantes y ajustados al cuerpo a taparse según las usanzas propias del islam.

En la que es la mejor escena de la película el conflicto entre los dos modos de vida sufre una escalada violenta. Una de las amigas cae presa de las mujeres que visten hiyab o burka negra. Como en todo momento, Meddour se centra en Papicha, en su rostro y sus emociones, lo que convierte a la película en un unipersonal. Los primeros planos abundan, y llegan a sentirse excesivos, a punto tal que una escena sin mayor peso narrativo que transcurre en una playa es tanto un respiro para los personajes como para los espectadores.

A modo de protesta o subversión contra lo que le toca vivir, la protagonista decide organizar un desfile de modas en el internado universitario en el que planea vestir a sus compañeras con las mismas telas que las fundamentalistas quieren que ellas utilicen alrededor de su cuerpo, pero, claro está, con diseños más ajustados a los gustos de las jóvenes.

La película luce un tanto salida de un molde prefabricado para festivales. De hecho participó en la sección Un certain regard de Cannes 2019. En ese sentido cumple con el requisito de presentar un personaje fuerte que es una mujer joven de un país del tercer mundo que se debe enfrentar a las fuerzas opresoras de su soledad. Papicha además atraviesa la muerte de alguien cercano y la posibilidad del abuso a manos de un hombre.

Todo lo que Meddour cuenta está dicho por los personajes, lo que provoca que la película sufra de cierta chatura visual. Es, desde la dirección, un primer paso que busca la corrección y el manual, y no el riesgo o la innovación. El resultado, entonces, es una narración previsible con un cierre que provee algunos gestos demasiado artificiales. Se trata de un tipo de película que tiene versiones muy superiores.
El Golo Cine
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