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Voto de Federico_Casado:
5
Ciencia ficción. Acción Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neural. Pero incluso los ... [+]
14 de agosto de 2013
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos tipos de personas: a los que le gusta Godzilla y a los que no. Una cosa es disfrutar con las entrañables películas “vintage” en la que alguien disfrazado de Dinosaurio prehistórico se dedicaba a destrozar las maquetas (por cierto, muy malamente hechas) de las calles de Japón, y aplaudir cuando aparecía el robot gigante que iba a hacerle huir, y otra distinta es tomarse en serio esta verbena para hacer una película con todas las de la ley. Esas descerebradas películas japonesas de Godzilla tenían su encanto… pero de eso a convertirlas en algo más “serio”, buf, no me lo creo. Fíjate, prefiero “Robot Jox” a ésta “Pacific Rim”, que no me genera empatía ni complicidad alguna, por más que aparezca el amiguete Santiago Segura y el fetiche (Hellboy) de Guillermo del Toro, Ron Perlman.

De acuerdo, los efectos visuales son apabullantes, la película tiene toques épicos y aventureros que funcionan… pero en realidad son como dibujos animados: todo es así de plano. Y para eso, sinceramente, prefiero una de las mejores series de la historia de la animación, que ya imagino que sabrás cuál es: Mazinger Z. Go Nagai revolucionó el mundo de la animación y del cómic con esta serie que traspasó fronteras y se convirtió en germen de otras posteriores como, Voltron, Macross, Robotech, Gundam, Transformers, y Evangelion que es precisamente en el que se basa Del Toro para hacer la película. Lógicamente a cada nueva revisión del original se fue ganando en virtuosismo y perfección en los dibujos y efectos visuales… y a la vez perdiendo en frescura, creatividad y guión. Estoy convencido que Guillermo del Toro fue uno de esos niños que –como yo- disfrutamos de las aventuras de Koji y su invencible robot gigante creado con la aleación Z, el Mazinger, un invento del profesor Kabuto que era lo único que nos separaba del abismo que podría crear el Dr. Infierno, otro inventor que no paraba de lanzar robots superpoderosos contra la humanidad…

Pues a la zaga de toda esta historia nace la película, mezclando elementos de Godzilla –seres gigantescos de otra dimensión que atacan la humanidad- y de Mazinger Z –robots armados hasta las trancas que tienen el mismo tamaño de los monstruos y que son conducidos por unos pilotos-: el piloto de uno de esos robots ve cómo su hermano muere y se retira del servicio activo. Pero cuando la amenaza de los monstruos aumenta y toda la tierra está en peligro, tendrá que volver a ponerse a los mandos de otro super robot… pero con otro compañero.

El argumento es bastante simple, y los personajes han sido reducidos prácticamente a caricaturas, sin dimensión ninguna. Vale, evidentemente esto no es Bergman, ni se le pide. Pero hombre, un poquito más de chicha, un poquito más de historia, de “carne”, porque todos parecen sacados de una estantería de “Toys’r us”… o más bien es donde van a estar para vender el merchandising que seguro que se avecina.

Y poco más hay que decir. ¿Que si funciona el invento? Pues sí, funciona… a ratos. Tiene momentos en efecto muy espectaculares, pero son tan espectaculares como vacíos. En realidad nos importa un pepino si los monstruos destrozan las ciudades, si el chico y la chica se terminan entendiendo, si el jefe deja de ser tan malo… porque lo que queremos ver es a los robots dándole de puñetazos a los monstruos extradimensionales, y descubrir –como con el Mazinger Z- las nuevas armas capaces de acabar con las mayores amenazas.

Lo siento, pero no soy tan friki –y mira que soy friki un rato largo…-. Del Toro ha creado un juguete demasiado caro para divertirse y hacer realidad sus fantasías infantiles y lo cierto es que aunque le ha quedado muy brillante y lustroso, es demasiado para una película. Estoy seguro que tanto él como sus amiguetes se lo habrán pasado de lo lindo haciéndola, diseñándola, ideándola y luego viéndola pero…¿y los espectadores?
Federico_Casado
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