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España España · Madrid
Voto de looepz:
7
Ciencia ficción. Acción Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neural. Pero incluso los ... [+]
26 de agosto de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pacific Rim es lo que es. Una película fantástica/ ci-fi que se inspira en el kaiju-eiga (cine de monstruos japonés, Godzilla, etc.) y en el anime (Neon Genesis Evangelion, por ejemplo). Es magia blanca. y no va más allá, ni en el desarrollo de personajes, ni en el de la narración, en una cinta que parece beber de toda subcultura (cómics, manga, anime, videojuegos) con un propósito: fascinar y entretener.
La producción artistica, muy cuidada, está enfocada al diseño de jaegers y kaijus variados, distintos y diferenciados; coleccionables, como cromos de un album a completar. Se valora especialmente la originalidad en el diseño de los Kaijus, convirtiéndolos en una turbadora, extraña e incomprensible amenaza. A estoy hay que sumar todo el trabajo de diseño tanto de decorados, ambientación, máquinas (la cabina de control de los Jaegers), concept art, ciudades y los “paisajes” interdimensionales.
Respecto al guión, el montaje y los personajes: muchos están valorando la habilidad de Del Toro para situarnos en medio de la acción con un “prólogo relámpago”, eludiendo un patrón típico. Lo cierto es que en Pacific Rim se sitúa en un momento en que la humanidad ha asimilado la amenaza constante de los Kaijus, alrededor de los cuales se ha generado incluso un fenómeno “fan” y productos merchandising; así mismo, los pilotos de jaeger son un reclamo mediático, con un ranking de victorias y cierta actitud competitiva cercana a la que se plasmaba en Robot Jox (Stuart Gordon 1989), cinta de peleas entre gigantescos robots y a mi modo de ver, un ineludible referente más.
Tal vez lo que lastre algo la cinta de Guillermo Del Toro no sea la rápida contextualización de la historia, si no la falta de énfasis en los daños colaterales, la escasa presencia de multitudes en peligro, de conciencia de una catástrofe repetitiva y desoladora que amenaza a incontables vidas humanas. Los personajes están construidos de forma icónica; destinados a ser grandes héroes y a cometer grandes sacrificios por grandes razones, tan planos como intensos. Arquetípicos, pero no menos simpáticos por eso, pertenecen a la dimensión del anime o de los relatos legendarios. Al contrario de lo que ocurre en el film, a nivel narrativo, los personajes son meros vehículos para soportar una trama destinada a ofrecer el espectáculo de la lucha de gigantescas bestias contra robots en medio del océano, destacando de forma excepcional la “deriva onírica” que la aspirante a piloto Mako Mori (Rinko Kikuchi) tiene al conectarse mediante un “puente neuronal” al que será su compañero Raleigh Becket (Charlie Hunnam). El director sabe cómo inquietar al espectador, consiguiendo una sensación de desprotección que no vuelve a alcanzar en toda la película.
Junto a Mako y Raleigh, protagonista con el que arranca la historia, será el personaje de Idris Elba, el militar Stacker Pentecost, quién complete el trío protagonista, aunque no consiga despertar toda la admiración o intensidad una vez más por lo estereotipado del personaje.
Completando el elenco, tenemos a los distintos pilotos de jaeger, clasificados por nacionalidades y que apenas tienen alguna que otra línea de texto, junto con los dos científicos (uno nerd y otro hipster), secundarios cómicos que adornan la trama, aportan explicaciones y, llegado el momento, realizan su particular “enroque”.
Y para terminar, el regalazo mutuo que Del Toro y Ron Perlman se hacen con el personaje de Hannibal Chau (“I got the name from my favorite historical figure and my second-favorite Szechuan restaurant in Brooklyn” como explica de sí mismo), traficante de restos de kaiju, digno de alguna travesura estilo Robert Rodríguez o como trasunto del propio Hellboy con el que se alcanza la mayor cantidad de desafectación, caricatura y humorismo en la cinta. Acompañando a este, aparece Santiago Segura, interpretando a un esbirro sin más, simpático y en la misma línea.
Pacific Rim tiene miga, conceptos y planteamientos interesantes –el puente neuronal, la deriva, “perseguir ranas”...- ,desarrollos narrativos por explorar - posibilita perfectamente la precuela y ya se está desarrollando una segunda parte- también partes flojas, soluciones de última hora, y cierto aspecto de realización televisiva en las secuencias de interior. Todos los elementos están supeditados a poner en pantalla grande los combates, pero la película despierta una simpatía y honestidad que convence. Concesiones al fan, al manga, al anime, al kaiju-eiga y como decíamos a toda subcultura (el propio compositor de la banda sonora ha realizado trabajos para videojuegos como Medal of Honor).
A destacar el esfuerzo por diseñar monstruos originales y apostar por el entretenimiento. He de confesar que no vibré como esperaba en la sala de cine, aunque el espíritu de la película es cautivador. Resaltar nuevamente el acierto de la secuencia onírica que protagoniza la joven Mako.
looepz
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