Pese a su levedad argumental, resulta una película interesante que, como no podía ser de otra forma dado su origen teatral, se sustenta principalmente en las magnificas interpretaciones de los principales protagonistas, especialmente la de Meryl Streep. El juego argumental consiste en que el espectador no sepa con certeza a quien creer y de que lado posicionarse. Por un lado, el cura de mente abierta, tolerante y simpático, pero con las sombras e indicios de unos posibles actos repugnantes para cualquier persona normal. Por otro, la religiosa intransigente y antipática, pero de moral intachable, que puede haber descubierto el lado oscuro de su superior religioso, al que, por otro lado, desprecia por su talante moderno y abierto en el seno de la iglesia. Una lucha en la que al final... (sigue en spoiler)