Blade Runner original trataba como tema novedoso los replicantes, y aunque es una película que tiene numerosos puntos criticables, por citar algunos, la absurdidad de la relación romántica con una replicante, normalizando la enferma idea a las masas de enamorarse de un máquina, una amenaza que en esa sociedad aún no podía materalizarse, pero en esta sí, o las numerosas escenas que se regodean desgarradoramente en la violencia, a veces tocando lo gore, lo que no es arte, sino basura que luego tienes que limpiarla de tu cabeza (el sello del arte es que eleva, lo que te baja, es basura), pero aún con todo, la original tenía muchos elementos que sí eran artísticos con algo grande para mostrar. En esta nueva versión, tras un visionado de tan sólo 20 minutos (ojalá se hubiera prestado a verse más), lo único que he visto reunido ha sido lo peor de la original, violencia y enferma presentación de la relación humano-máquina, humanizando la máquina a niveles mucho mayores que la original con intención explícita de hacerlo artístico y normal. Basura teledirigida a la atención del espectador. Si no la has visto, mi recomendación es que te ahorres de meterte esto en tu preciosa mente.