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Voto de The_End:
8
Western. Intriga Will Kane (Gary Cooper), el sheriff del pequeño pueblo de Hadleyville, acaba de contraer matrimonio con Amy (Grace Kelly). Los recién casados proyectan trasladarse a la ciudad y abrir un pequeño negocio; pero, de repente, empieza a correr por el pueblo la noticia de que Frank Miller (Ian MacDonald), un criminal que Kane había atrapado y llevado ante la justicia, ha salido de la cárcel y llegará al pueblo en el tren del mediodía para ... [+]
28 de diciembre de 2009
41 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carl Foreman, guionista de la película, había pertenecido en su juventud al Partido Comunista. En poco tiempo quedó desilusionado y se dio de baja del mismo, aunque siguió manteniendo buenas relaciones con muchos de sus miembros. Esto, durante la mayor parte de su vida, no le ocasionó ninguna molestia.

Carl Foreman, poco a poco, fue subiendo profesionalmente y a principio de los años 50 era considerado uno de los mejores guionistas de Hollywood. Tenía una situación privilegiada, y veía con pesar como muchos amigos suyos caían en las garras de las listas negras por diferentes motivos: pertenencia al partido comunista, eran homosexuales o se atrevían a poner líneas de diálogo a "gente de color". No hay que olvidar, que para los chicos del Comité de Actividades Anti-americanas, cualquier cosa podía ser considerado "rojo", Desde Kazan a Chaplin. En principio, el bueno de Carl se libro de la quema, pues había luchado en la Segunda Guerra Mundial y por ello se le veía como un buen patriota. Tan sólo tenía que mirar hacía otro lado, y seguir con su brillante futuro.

Carl Foreman no miró para otro lado. Al contrario. Se puso a escribir el guión de Solo ante el peligro.

En 1951, en pleno rodaje de la película, el Comité de Actividades antiamericanas (HUAC en sus siglas anglosajonas) se entero de que iba el guión, y puso el grito en el cielo. Se vieron perfectamente retratados. Foreman y otros miembros del rodaje fueron llamados a declarar. Todo el mundo esperaba que en un acto de entera solemnitud, Foreman y lo demás se bajaran despacito los pantalones, se dieran la vuelta, se pusieran de rodillas y al terminar dieran las gracias pertinentes. Todo el mundo había presionado a Foreman de que se mostrará como un testigo cooperador. Que si le preguntaran por si conocía a gente del Partido comunista o que fuera sospechoso de ello, diera aunque fuera un par de míseros nombres. Que si lo deseaba podía decir los nombres de alguien que hubiera muerto o de alguien que ya estuviera en la lista negra. Se le presionó, se le exprimió, se le amenazó...

Foreman no dio ningún nombre. Se enfrento, en solitario, al poderoso McCarthy y al comité. Admitió haber pertenecido al Partido Comunista, pero dijo que eso no era ilegal.

Cada vez que vuelvo a ver esta película, me recuerda que hubo algunos, pocos, que se enfrentaron a la caza de brujas y a todo aquel absurdo, por el que se intento limpiar el cine americano de comunistas y se termino tirando por el retrete a la flor y nata de cineastas de ese momento, y eso fue, gracias sobre todo, a que todo el mundo quiso salvar su culo. Todos, menos unos pocos. Cada vez que vuelvo a ver esta película, no veo a Gary Cooper, sino al bueno de Carl.

Foreman entró inmediatamente en las listas negras, por lo que ningún estudio quiso volver a contratarlo (Sigo en spoiler. Leer sin miedo).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
The_End
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