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México México · Ciudad de México
Voto de Luis Fernando Ortuño:
2
Terror. Acción. Fantástico. Thriller Debido a una maldición, una joven incuba en el interior de su cuerpo unas serpientes muy venenosas. Para poder desprenderse de ellas, tiene que viajar de Los Angeles a México en tren, para ver a un poderoso chamán. Pero durante el viaje un montón de víboras atacan a los pasajeros, quedando atrapados dentro de los vagones. (FILMAFFINITY)
2 de diciembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Una vez más, The Asylum lo ha vuelto a hacer! ¡Una película que pretende ser seria y genial, pero termina siendo una comedia involuntaria! ¡Un aplauso a The Asylum, el rey de las películas basura! Que una vez más, nos demuestra que para ganar dinero de una manera fácil, no necesitas tener creatividad, ingenio ni empatía con el público. Sólo necesitas: actores amateur, modificar partes del guión de la película que esté de moda o de la que esté hablando todo el mundo, una cámara de 50 centavos, un presupuesto de no más de 1000 dólares, una computadora casera, un programa de edición casero, ¡y listo! Ya tienes tu película-imitación lista para engañar a la gente que la confundirá con la película original o con una secuela de la cual nunca supieron su existencia, o un remake.

Una película-imitación que hará ganar dinero de la peor manera. ¿Hay algo mejor que esto?

Sólamente falta que realizen ''Serpientes en el Metro'', en el cual los pasajeros del tren subterráneo que pasan por diferentes lados de la ciudad sean atacados por serpientes venenosas, y tomen el control del tren.

Ya hablando en serio, esta película parece más una comedia involuntaria que una verdadera película de suspenso o terror. Si quieren alegrarse un buen rato y reírse de las sobreactuaciones, y del argumento, véanla.

Un verdadero ejemplo de lo que NO se debe hacer en el cine, más si se trata de un videohome.

Recomendable para reírse (como mencioné anteriormente), no tanto para gente culta.

Una cosa: juzguen por ustedes mismos. Ustedes tendrán la última palabra.
Luis Fernando Ortuño
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