Es esta una película intensa, respaldada por la violencia y lo sórdido de sus personajes. El relato está a cargo de un médico bastante idealista como para creer que en esta cárcel existe más inocencia que culpabilidad, hombres que a pesar de cometer crímenes merecen respeto y dignidad.
Sin embargo, luego de esta seguidilla de historias cargadas de benevolencia para con los criminales, unos mas, otros menos, olvidamos que están allí porque se lo merecen.
No hacen mas que pagar sus deudas para con la sociedad, y mientras algunos no toman suficiente conciencia, hundiéndose en la drogadicción y creando peligrosas alianzas, otros aceptan con resignación su condena.
Ahora mi pregunta luego de ver este film es: ‘¿Qué les hizo pensar a estos hombres que se les respetaría en una situación limite, como es un motín, si ellos no tuvieron respeto cuando cometieron crímenes? Esta planteamiento es el que me hubiese gustado ver en este film, porque el exceso de indulgencia para con los protagonistas me deja un sabor amargo, una sensación de que la justicia es demasiado violenta y sadista. Cuando en realidad no hay ni un solo rastro de arrepentimiento en cada una de las historias relatadas.
Le doy crédito por mantener el hilo a cada momento, no descuidar ninguna historia, mantener interesado al espectador y darle humanidad a los a los personajes, además de dentro de lo posible mantener el realismo y crudeza del escenario.