Es un repaso panfletario a los buenos presidentes USA (y los que no, pues le sacan el "lado humano") para fomentar el americanismo post Obama y el poder (encubierto, luchador o diplomático) de la población negra en el último siglo. Como película para favorecer la sensación de blackpower podemos unirla a "Django desencadenado" o los "12 años de esclavitud", por enmarcarla en un cine por y para los negros. Artísticamente es un desfile de actores y actrices reconocidos, donde deslumbra especialmente la gran Oprah Winfrey, pero que se ve muy mal llevada por esa fotografía oscura y contrastada que aporta más sensación de telefilm barato que de obra mayor de Lee Daniels, quien perturbara hace años con la mucho mejor "Precious".