Narrada desde la perspectiva de un niño, que sufre la ausencia de sus padres perseguidos por la policía de la dictadura, pero que disfruta el jolgorio del mundial de 1970.
Se centra el guionista mucho más en la vida del niño siguiendo el mundial de futbol y deja de lado el motivo por el que sus padres son perseguidos.
Hubiera sido interesantísimo saber que pasa con los padres y porque son perseguidos.
La película es muy tierna entorno a la figura del chico protagonista.
El pequeño Mauro no se entera de lo que sucede a su alrededor, pues le preocupa que la selección liderada por Pelé gane el mundial. Y espera continuamente la llegada de sus padres sin comprender porque le han dejado en casa del abuelo.
La fotografía y la banda sonora son estupendas.
La relación entre el chaval y el anciano judío que le acoge es excepcional.