Veamos, ¿qué es lo que puede conseguir despegar a los chavales autistas del Call of Duty y encima que paguen por ello?

Cosas como ésta:

Planteamiento de preescolar (cuidado viene monstruo a destruir el mundo, viaja para conseguir un arma para derrotarle, derrótalo) y... tío... bichos enormes...
¡ENORMES!

Porque ésa es la única razón por la que la gente irá a ver la película; ver bichos enormes con los que pasar un rato sin pensar.

Y es una lástima porque con los mismos ingredientes y un poco de amor a los personajes y al espíritu de aventura se podría haber hecho una película épica entretenida, pero ¿para qué si pueden sacar la misma pasta haciendo mierdas como ésta?

Con media hora más de historia de los personajes, relaciones, y actuaciones (por amor de dios) habría conseguido ser más que una alternativa al porno de la tarde para un adolescente.