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España España · Zaragoza
Voto de Hilodeseda:
6
Drama Ivan Locke (Tom Hardy) es un prestigioso capataz de grandes obras que ha tenido que trabajar muy duro para alcanzar su sueño: llevar una buena vida, con un buen trabajo y una familia que le quiere. Sin embargo, un día, en la víspera de su encargo más importante, recibe una llamada que le empuja a tomar una decisión que quizás eche toda su vida por tierra. Desde ese momento tendrá que emprender una peligrosa huida a contrarreloj. (FILMAFFINITY) [+]
3 de septiembre de 2014
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vez en cuando la cartelera nos brinda la oportunidad de disfrutar de una película diferente. Una película realizada bajo unas premisas distintas de las que rigen la mayoría del cine de hoy día, que no pretenden ser éxitos de taquilla sino ser consideradas dentro del circuito festivalero anual, y que su ambición es ser valorada por un reducido público objetivo hacia el que van dirigidas. “Locke” no atiende a convencionalismo ni modas, no admite etiquetas más allá de la experimentación con la que está expuesta y ni siquiera pude ser una película a recomendar en cualquier foro. Estamos ante una cinta especial.

“Locke” es una breve película –85 minutos– dirigida por Steven Knight, guionista de “Promesas del Este” o “Negocios ocultos”, y director de la reciente “Redención” con Jason Statham; protagonizada por un notable Tom Hardy como único actor en pantalla y con las voces de Olivia Collman y Tom Holland a través de la línea telefónica. La película narra el viaje en coche que Iván Locke, un ejemplar encargado de obra, realiza al terminar su jornada laboral. Un viaje en torno a una decisión tomada y que modificará su vida y la de quienes están a su alrededor.

La película es un auténtico tour de force del protagonista –Hardy–, siendo amo y señor del “guateque” que presenciamos como si fuéramos un compañero de viaje. Su interpretación es ciertamente majestuosa, impregnando la pantalla de tensión, dolor, angustia, valor y convicción. Tom Hardy da un paso relevante en su carrera, dejando atrás una carrera llena de papeles secundarios y con poca carga dramática, para recibir sobre sus espaldas todo el peso de esta sugerente película. La cinta que dirige Steve Knight arrastra al espectador a una situación límite, llena de tensión sostenida que se va desvelando conforme el cuentakilómetros del elegante BMW que conduce le lleva a su destino.

Lo más destacado de la propuesta es sin lugar a dudas el planteamiento visual de la misma, donde el vehículo, único escenario en pantalla, se convierte en la platea donde las emociones de nuestro protagonista son expuestas a los cuatro vientos. Un viaje en coche donde iremos conociendo las motivaciones que le llevan al personaje a tomar la decisión que toma, y donde somos testigos de las reflexiones que nuestro protagonista toma sobre su propia vida: Sobre el pasado (los soliloquios del protagonista recordando a su padre y que simbólicamente se representa mirando al retrovisor) y su futuro en forma de camino recto y sin retorno del GPS y las conversaciones telefónicas. Steve Knight escribe y dirige una película de culto en la que da muestras de su talento y donde la fotografía y sonido juegan una baza indescriptible, casi simulando una corporeidad ausente en pantalla pero aportando a la trama mucho más que muchos personajes en cientos de otras películas.

Si todos estos son los puntos destacados de una innovadora propuesta, el avance del metraje me supuso casi una decepción. Quizás las expectativas me jugaron una mala pasada, pero es que si bien el minimalismo con el que está representada la historia y como a través de las conversaciones del protagonista somos capaces de simularnos mentalmente al resto de personajes y situaciones –recordándome en momentos a la gloriosa “Doce hombres sin piedad” de Sidney Lumet–, el viaje agónico de nuestro conductor particular se convierte en algo tedioso y reiterativo, donde además recibimos una master class acelerada sobre hormigón y logística derivada de la construcción de un enorme edificio; tema este que quizás no sea tu preferido para disfrutar durante esos en ocasiones no tan cortos 85 minutos.

Lo que por innovadora, evocadora y reflexiva podría ser una de las mejores películas del año, pierde tal categoría al hacerse mucho más mecánica en su tercio final haciendo estéril mi sueño de un emocionante giro final, no ya porque deba producirse el cambio argumental sino como deseo casi saludable de que tu pulso se acelere por encima de las 35 pulsaciones.

Lo mejor: La portentosa actuación de Tom Hardy. Una fotografía y sonido que ejecutan a la perfección el asfixiante viaje de Iván Locke.
Lo peor: Lo mecánico de su desenlace. El paulatino aumento de la monotonía.

Valoración:
Sonido/Banda sonora: 6,5
Fotografía: 8
Interpretaciones: 8,5
Dirección: 7
Guion: 6
Satisfacción: 5

Nota Final: 6,5

@hilodeseda - www.habladecine.com
Hilodeseda
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