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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama Invierno de 1944. Lucía (Lucía Jiménez), una joven de 21 años, regresa a un pequeño pueblo de montaña. Allí encuentra a Manuel (Juan Diego Botto), un joven herrero que colabora con los maquis: guerrilleros que, ocultos en la sierra, no se resignan al triunfo del franquismo. Lucía empieza a sentirse atraída por Manuel, sobre todo por el valor que muestra al jugarse la vida para defender sus ideas. Cuando, por fin, Manuel se echa al ... [+]
7 de septiembre de 2020
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi 30 años después, “Silencio roto” sigue siendo la gran obra maestra de Montxo Armendáriz, una de las mejores películas de nuestro cine y el matrimonio perfecto para ver junto con “Maquis” de Rubén Burnén, que se acaba de estrenar en Filmin.

Porque esta asfixiante historia coral (cuanto menos sepas de sus personajes antes de verla, tanto mejor, porque deparan sorpresas mayúsculas), ocurrida en un recóndito pueblo navarro, donde todo el mundo se conoce, donde todos saben en qué bando han luchado tras una Guerra Civil aún en carne viva 5 años después, donde el monte está lleno de confiados y optimistas maquis que creen que recibirán pronto la ayuda de las democracias extranjeras para acabar con Franco (el optimismo siempre ha conducido a la perdición en todos los tiempos), de cuarteles de la Guardia Civil donde anida el terror, de calles vacías y muertas por las noches, de silencios ominosos y opresivos impuestos por la fuerza, de luchas cainitas entre vecinos, de rencillas enquistadas, de carros que son llevados a la puerta del cuartelillo (esa escena es una de las más impactantes de nuestro cine), pero sobre todo…

Sobre todo de mujeres silentes que callan y sufren mientras que ellos luchan. Lo de ellos es disparar, pero el sufrimiento, la represión, la retaguardia, la organización y el castigo recae sobre todo sobre esas mujeres que, lejos de conformarse con el papel que les concedió su época, quieren trascenderlo para luchar desde su propia trinchera doméstica, quizás la más difícil y sangrienta de todas ellas. Y es ahí donde esta película se encuentra directamente con la maravillosa y recién estrenada en Filmin "Maquis".

Y ese es el panorama que encuentra Lucía cuando retorna al pueblo varios años después de que mataran a su padre por rojo y se refugia en casa de su tía, casada con uno de los franquistas acérrimos de la población. Lucía se reencontrará con una galería de personajes del pueblo que siguen atrapados en la misma tesitura en la que los dejó, incluido Manuel, por el que tantas cosas siente, un fantástico Juan Diego Botto.

Porque la película es Lucía y Montxo Armendáriz, sabio artesano de nuestro cine, sabe que puede y debe cargarla íntegramente sobre los hombros de la gran Lucía Jiménez, diosa de la interpretación y aquí en el gran papel de su vida. El recital de Lucía Jiménez en cada escena de la película (aparece prácticamente en todas ellas) es de los que hacen época porque se sabe la piedra angular de la historia y de la película, porque ambas gravitan sobre esos preciosos ojos tristes que llenan pantallas y corazones.
Sergio Berbel
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