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Voto de Sergio Berbel:
10
Intriga. Drama Una niña aparece asesinada en el bosque de un pequeño pueblo suizo. Inmediatamente las sospechas recaen sobre el viejo vendedor ambulante que encontró el cadáver. Únicamente el comisario Mattei duda de su culpabilidad, pero se acaba de jubilar y deja el caso en manos de un compañero. Ya en el aeropuerto, a punto de despegar su avión, a Mattei le vienen a la mente algunos detalles contados por los niños de la escuela; decide entonces ... [+]
6 de noviembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de nuestro Estado sería impensable sin la presencia de “El cebo” de Ladislao Vajda, una referencia cinematográfica europea imprescindible y uno de los mejores thrillers que se hayan rodado. Y, sin embargo, para que fuera posible, nuestros artesanos tuvieron que irse a Suiza, rodar una coproducción y forjar desde allí unas líneas argumentales que no hubieran sido sostenibles en el interior de un Estado sometido por la fuerza y el yugo de la censura más atroz jamás conocida donde todo funcionaba a la perfección, justo lo contrario de lo que este film formula como planteamiento argumental.

Tantísimas décadas después, el film sigue funcionando con la precisión de un reloj suizo (nunca mejor dicho) y su malsana historia continúa atrapándonos como si hubiera sido rodada ayer. Aunque, sin la menor duda, hunde sus raíces en “M, el vampiro de Düsseldorf” de Fritz Lang (y en buena parte del resto de su filmografía), su influencia directa y expresa en el cine y la literatura posteriores resulta inconmensurable. Verla es resonar en mi mente de forma constante “Plenilunio”, tanto la joya literaria de Antonio Muñoz Molina como su fantástica traslación en imágenes llevada a cabo por el gran Imanol Uribe.

Me fascina especialmente esa facilidad con la que Vajda hace algo complejísimo “a priori”: partir el film en dos mitades haciendo posible que en la primera todo gire en torno a la investigación y al personaje del detective mientras que su segunda mitad vaya evolucionando hacia el estudio del criminal y de una niña apabullantemente angelical.

La historia de una menor muerta encontrada por un buhonero que, por ser el foráneo y el pobre, pasa a ser el falso culpable y el objeto de las ansias de venganza de la población local; la investigación que obsesiona a un policía que no pasa por cerrar el caso tan fácilmente; la inocencia de los niños y, sobre todo y por encima de todo, un dibujo infantil dejado por la víctima que será la única clave de bóveda de la investigación policial que irá descentrando al policía paulatinamente.

Apabullante fotografía en blanco y negro de Heinrich Gärnet y Ernst Bolliger que convierte un thriller ortodoxo en un viaje lisérgico por la Suiza rural donde los bosques cobran un encanto perturbador y ominoso donde los niños pueden jugar hasta perder la vida, donde los cuentos muestran su parte más oscura.
Sergio Berbel
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