Posiblemente esté de acuerdo en que esta película es una clara fuente de inspiración para muchos directores posteriores, largas secuencias en interiores ámplios, reflejando distintas proyecciones de luces en las paredes y dejando actuar a los interpretes, dándoles todo el peso visual y argumental. Este, creo, es el mayor y único mérito de ésta película en lo que a realización se refiere, y es que Dreyer, cuya dirección se limita a vigilar la altísima capacidad interpretativa de sus actores, se mueve por unos planos demasiado austeros, a veces con fondos de una pared blanca sin más o añadiendoles una silla o un reloj... De acuerdo que Tarkovski bebió de este agua para inspirarse en muchas de las escenas de interiores que creó, como por ejemplo en "la infancia de Iván", creando atmósferas de raices similares, pero llevando mucho más allá la capacidad de detalle y cuidado en cada escena, con encuadres mucho más detallados y bastante más completos visualmente.
El guión es propio de una obra de teatro, como toda la película en si, rodada en una 99% en interiores. El hilo argumental nos relata la vida de una familia noreuropea cuyo destino está ligado íntimamente con un exaltado fervor cristiano. Lo que nos pretende demostrar es la relación y la convivencia de lo religioso, lo pagano y los sentimientos del corazón por encima de todo ello... pero la película no consigue remontar el vuelo y no ofrece nada fresco que nos permita mantener un ritmo y una atención constante.
Para mi es demasiado plana aunque no por ello hay que quitarle mérito por servir de guía en el cine posterior de grandes autores.