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Voto de Shinboneniná:
3
7,4
22.063
Documental
Controvertido documental que relaciona el Cristianismo, el 11-S y la Reserva Federal Americana. De distribución exclusiva por Internet pero disponible en algunos países ya en DVD, obtuvo excelentes críticas por parte de los internautas y otras muy negativas que ponían en liza la poca fiabilidad de algunas de las cosas que se contaban. No confundir con "American Zeitgeist", documental de Rob McGann del año 2006, estrenado en cines y que ... [+]
26 de diciembre de 2007
45 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que empieza siendo un buen documental acerca del carácter sincrético del cristianismo, de su vínculo con la astrología, con la mitología egipcia, y de su instrumentalización política (ver “Los misterios de Jesús”, de Freke y Gandy), acaba convertido en un panfleto que interpreta la Historia en clave conspiranoica. Por cierto, los subtítulos en español se los han debido de encargar al primo de Toro Sentado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pronto queda claro quiénes son los malos. Se ofrecen multitud de datos y citas, la mayoría sin el menor respaldo documental. Incluso en la tercera parte de la película se dice que los Estados Unidos entraron en la I Guerra Mundial “al poco tiempo” de que el Lusitania fuera torpedeado, el 7 de mayo de 1915. Pero EEUU no declaró la guerra a Alemania hasta el 6 abril de 1917, a causa del Telegrama Zimmermann. Igual de erróneamente se afirma que Hitler ordenó quemar el Reichstag el 27 de febrero de 1933, cuando ha quedado demostrado documentalmente (salvo para quien no quiera enterarse) que uno de los autores del incendio fue el comunista holandés Marinus van der Lubbe. El hecho de que el suceso beneficiase al Partido Nazi no implica que Hitler maquinase el incendio. Un poquito de seriedad.
Lo que más me ha llamado la atención, es que el noventa por ciento del documental apela a los derechos individuales, a la libertad de conciencia y expresión, al individualismo, en definitiva. Pero en los últimos dos minutos se hace un canto estilo New Age al buenismo rusoniano-anarquista, en el que el concepto de individuo desaparece en aras de la nueva Arcadia. Ya hemos visto a lo que conducen las doctrinas sociales igualitarias, tan antinaturales, pues la esencia del ser humano es su individualidad.
El documental presenta un mundo corrompido por el capital. Pero lo que nos deja absolutamente claro es que el Gran Satán Dólar y su infernal corte de banqueros han orquestado el crac del 29, la Gran Depresión, las dos guerras mundiales, la de Vietnam, y que además destruyeron el WTC para asegurarse el control del mercado petrolífero mundial (que ya tenían, por cierto). Aunque eso es sólo el aperitivo; el plato fuerte consiste en controlar a toda la población mundial a través de la implantación de un chip. Vamos, algo que haría saltar las lágrimas a Stalin o a Mao, grandes defensores de la libertad y enemigos del control social. Cómo son los Bush. ¿Y los Rockefeller? Yo no sé qué pensará José Luis Moreno.
Lo que más me ha llamado la atención, es que el noventa por ciento del documental apela a los derechos individuales, a la libertad de conciencia y expresión, al individualismo, en definitiva. Pero en los últimos dos minutos se hace un canto estilo New Age al buenismo rusoniano-anarquista, en el que el concepto de individuo desaparece en aras de la nueva Arcadia. Ya hemos visto a lo que conducen las doctrinas sociales igualitarias, tan antinaturales, pues la esencia del ser humano es su individualidad.
El documental presenta un mundo corrompido por el capital. Pero lo que nos deja absolutamente claro es que el Gran Satán Dólar y su infernal corte de banqueros han orquestado el crac del 29, la Gran Depresión, las dos guerras mundiales, la de Vietnam, y que además destruyeron el WTC para asegurarse el control del mercado petrolífero mundial (que ya tenían, por cierto). Aunque eso es sólo el aperitivo; el plato fuerte consiste en controlar a toda la población mundial a través de la implantación de un chip. Vamos, algo que haría saltar las lágrimas a Stalin o a Mao, grandes defensores de la libertad y enemigos del control social. Cómo son los Bush. ¿Y los Rockefeller? Yo no sé qué pensará José Luis Moreno.