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España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
5
Intriga. Thriller Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo compañero de universidad y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2011
31 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro que cada situación tiene su momento histórico, difícilmente extrapolable. No es menos cierto, sin embargo, que las cosas evolucionan, que lo que en un determinado momento pudo ser rompedor, ha quedado reducido a simple curiosidad museística. Sería absurdo comparar la primera locomotora de Stephenson con un tren de alta velocidad. Desde luego, la verdadera revolución la introdujo el inglés; pero, ¿quién se atrevería a hacer trescientos kilómetros en un artilugio peligroso, inseguro y lleno de carbonilla, incapaz de superar los 30 kilómetros por hora? Algo parecido me ocurre con el cine de Hitchcock. Hace un par de días estuve viendo el remake de ‘Crimen perfecto’, protagonizado por Douglas, Mortensen y la Patro. Al margen de algunos aspectos que me chirriaron bastante, la película me pareció muy entretenida, con un guión muy trabajado y con una calidad interpretativa por encima de lo esperable en ‘una de intriga’. Enseguida pensé: me ha gustado más que la vieja. Así que este fin de semana he recuperado la versión original.
Sensación confirmada: se acerca a la truñez. Lo mejor, los preparativos del crimen, en especial la conversación que tiene lugar entre Milland y el asesino. Pero el esclarecimiento del asesinato es inverosímil. El conjunto me parece una floja adaptación de una mala novela de Agatha Christie, con interpretaciones robotizadadas, dos personajes rayanos en el patetismo (el novelista americano, que de buena gana le hubiese pegado tres tiros, y el abuelo cebolleta que da vida a un inspector de policía a medio camino entre Hércules Poirot y el doctor Watson). Eso sí, Grace Kelly, guapísima; y hace una de las mejores 234.567 interpretaciones que he visto.
Ese afán del británico de desarrollar la acción en un tiempo y espacios muy constreñidos, ese minimalismo contextual, puede que diera buen resultado en los años cincuenta, pero resulta demoledor a los ojos de un espectador contemporáneo. Al contrario que las películas de Méliès, de Chaplin o de Keaton, que siguen conservando su encanto siendo muy anteriores, muchas de Hitchcock resultan vacías, distantes, sin talento estético ni dramático. Quizá en una representación teatral la cosa dé juego, pero en el cine, la forma es el fondo. Ahora, y en 1954. Se puede insinuar, sugerir al espectador. Esta película lo único que insinúa es una excursión al reino de Morfeo. Hitchcock no plantea más que un bobalicón juego detectivesco con tantas trampas como incongruencias, en el que, al parecer, los detenidos entran y salen alegremente de las prisiones, los policías allanan moradas a lo tonto, donde las coincidencias son tan sorprendentes que la verosimilitud salta por los aires. Creo que sólo un fanático de este director puede seguir admirando un producto como éste, tan envejecido y sobrevalorado.
Un día de estos voy a recuperar ‘Vértigo’, ‘Con la muerte en los talones’ y ‘La ventana indiscreta’. Lo haré poco a poco, para no llevarme berrinches, porque me temo lo peor.
Shinboneniná
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