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España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
3
Musical. Terror Paul Williams escribió la partitura de este clásico del cine musical de terror, en el cual participa interpretando el papel del malvado magnate de la música perseguido por un compositor desfigurado al que mete en prisión para robarle sus composiciones. Una vez en libertad, el fantasma se enamora de la nueva estrella de la canción promocionada por el magnate, comenzando así su particular venganza. (FILMAFFINITY)
25 de septiembre de 2011
11 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está tan mal contada, que enternece; las interpretaciones están tan pasadas de rosca, que caen simpáticas; los números musicales son tan disparatados, que acabar cogiéndoles el gustillo; y el tal Swan es tan vomitivo, que hasta el repugnante Leach parece cercano y amigable. Ah, y la trama se parece a ‘Fausto’ lo que Swan a Brad Pitt.

Todo esto no está nada mal si tenemos en cuenta que se trata de una peli de De Palma, un superdotado de la parodia desangelada –aunque él se crea que hace cine serio-, como ha demostrado a lo largo de su cochambrosa filmografía. En fin, eran los setenta y la psicodelia, el hipismo y los alucinógenos hacían su agosto. Hay que comprenderlo. Solo me quedan dos preguntas por resolver:

a) ¿Qué cojones había en la prensa que estrujó la cabeza del compositor que le hizo perder la voz pero recuperar la vista? Porque los culos de vaso que luce al principio son de los de nocilla familiar, por lo menos.

b) ¿Por qué narices el que lleva la máscara es el autor de la partitura cuando salta a la vista que el tal Swan es, de largo, el feo de verdad?

Desde luego, las carreras cinematográficas de los protagonistas de esta obra maestra absoluta de todos los géneros, tiempos y lugares no puede decirse que haya sido muy lucida. Al fin y al cabo, a veces, incluso en esto del cine, hay justicia. Pues eso, cine de culo, digo de culto.
Shinboneniná
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