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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
9
Drama Don Lope ha acogido a Tristana en su hogar para cumplir una promesa hecha a sus padres. Pero la joven es muy hermosa y se convierte en la obsesión del anciano, que a fuerza de tiempo y de paciencia consigue sus favores. Sin embargo, cuando ella conoce a un joven pintor que la enamora, decide cambiar radicalmente el rumbo de su vida. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2010
46 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo recordar que fue Jean Claude Carrière, amigo y guionista habitual de Buñuel, a quien escuché afirmar en cierta ocasión que el cine del genio de Calanda solía presentar -pese a la densidad de su contenido- una caligrafía, si bien no liviana, sí al menos considerablemente legible.

Partiendo de esa afirmación, pues, me gustaría animar a todo aquel cinéfilo que no se haya atrevido, todavía, con ninguna peli del mejor cineasta español de todos los tiempos a que escoja una, la que quiera, y la vea. A la voz de ya. Cagando leches. Y aunque de las que yo he visto me parecen especialmente buenas “Los olvidados” y “Viridiana”, tal vez “Tristana” constituya -a mi juicio- la mejor opción para que cualquier neófito pueda adentrarse con ciertas garantías de éxito en ese singular y fascinante universo buñueliano y pueda quedar, además, con hambre suficiente como para volver a repetir.

Mis razones son obvias. “Tristana”, por de pronto, posee un entramado argumental sumamente sencillo y accesible. Basada en la novela homónima de Benito Pérez Galdós, la peli de Buñuel nos relata –a bote pronto- una atípica relación: la que protagonizan Don Lope (Fernando Rey), un pintoresco hidalgo venido a menos, y Tristana (Catherine Deneuve), una bella y joven huerfanita. Y aunque, como os podréis imaginar, el quid de la cuestión reside en la obsesiva fijación amorosa del salidillo de Don Lope por Tristana, el de Calanda no desaprovecha la ocasión para poner sobre el tapete, como quien no quiere la cosa, algunos de sus temas favoritos: el sexo, la muerte, la religión y, por supuesto, el mundo de los sueños… A partir de ahí, que cada cual interprete lo que quiera… o lo que pueda. Solo añadiré que después de haber leído tantas cosas sobre los posibles significados de la prótesis, la cabeza de badajo, la boda-funeral, las muletas y la madre que las parió, mi conclusión no ofrece ninguna duda: o este tío era un genio… o un getas.

Aunque, pensándolo bien… Don Luis tenía pintilla de ser ambas cosas ¿no?
Taylor
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