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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
9
Thriller. Acción Jason Bourne ha recuperado su memoria, pero eso no significa que el más letal agente de los cuerpos de élite de la CIA lo sepa todo. Han pasado 12 años desde la última vez que Bourne operara en las sombras. Pero todavía le quedan muchas preguntas por responder. En medio de un mundo convulso, azotado por la crisis económica y la guerra cibernética, Jason Bourne vuelve a surgir, de forma inesperada, cuando desde el pasado reaparece Nicky ... [+]
24 de noviembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando parecía que la saga Bourne iniciada magistralmente por Doug Liman y perfeccionada hasta su industrialización de manera igualmente magistral por Peter Greengrass había llegado a su fin con todos los cabos sueltos atados y todos los secretos desvelados (más, incluso, de lo que yo hubiese esperado) y, como poniendo otro clavo en el ataud de la franquicia, ya se había tratado de expandir el Universo Bourne hacia otros personajes en la perfectamente disfrutable “El legado de Bourne” (que cerraba aún más algunas tramas originales), Damon y Greengrass reabren el melón asociándose en otro peliculón (*).

Reconozco que acogí el retorno con bastante escepticismo por diferentes motivos. Para empezar, por lo ya comentado: si estaba todo atado (y bien atado), qué iba a provocar de manera creíble el regreso del héroe a la arena. Luego está el tema de los villanos, las películas de este corte suelen ser tan buenas como los malvados y, tras sacar a la luz todos los trapos sucios de las cloacas de los Servicios Secretos de EEUU, ¿habría alguien a la altura de Bourne como para ponerle en aprietos? Y, finalmente, estaba el factor tiempo. Todos nos hacemos mayores y habían pasado quince años desde la primera entrega: ¿aguantaría Matt Damon la exigencia física de un papel así? ¿le quedaría a Greengrass alguna idea con la que sorprendernos?

La película no tardó en ir despejando todas mis preocupaciones con notas bien alta. A Damon se le ve más mayorcete, como es normal, pero la escritura del personaje se adapta para mostrarnos un Jason Bourne más maduro y que resuelve las situaciones con formidables despliegues físicos, pero dentro de lo esperable para alguien que se cuida. Más aún, le ponen como archienemigo a Vincent Cassell, que tampoco es un chaval, y sus enfrentamientos son pura adrenalina que demuestra que hacer las cosas bien y verosímiles depende de pensarlas y trabajarlas, no de las capacidades atléticas de los actores. El argumento es también muy bueno: oscuro y de actualidad, sin saber qué esconden muchos personajes ni cuáles son sus lealtades hasta que la trama decide ir soltando pistas y revelando incógnitas. Nuevamente, Bourne se enfrenta a una conspiración mundial comprensible, perfectamente explicada y verosímil en el tiempo que muchas series de HBO dedican a los créditos iniciales (en malas manos, “Jason Bourne” daría para dos temporadas de una serie de streaming).

Y, para el que dudara (es decir, yo), “Jason Bourne” es frenética pero con personalidad propia, sin apreciar elementos repetitivos o que Greengrass recicle de productos previos. Tampoco es sólo una película de gente corriendo y disparando, todo sucede por un motivo, pero el framework de Greengrass, como esos ciclistas que en Tour de Francia cogen la mochila de avituallamiento y comen sobre la bici sin parar, no necesita detener la trama para contarte las cosas cuando puede montar las escenas de manera que las explicaciones en la war room se superpongan con los sicarios haciendo parkour para tratar de pillar a Bourne. Hay ocasionales bajadas de pulsaciones para avanzar en las subtramas políticas paralelas o de investigaciones internas, que sirven para dar un descanso mental al espectador, pero en momentos cuidadosamente seleccionados para asentar conceptos antes de pedir más.

Peliculón miembro por derecho propio del Universo Bourne. Pido perdón por haber dudado. Cuantas más así, mejor.

(*) No, no es ninguna omisión no hablar de la serie “Trendstone” en la introducción. He corrido un tupido velo por respeto a una de mis series favoritas. Por decirlo en pocas palabras, la serie “Trendstone” no merece la pena. Parece realizada por un equipo de trabajo en el que ninguno de sus miembros ha visto ninguna de las películas y, si las han visto, no las han entendido o los conceptos Bourne no han entrado en ellos. Sí, la estética es común y trata de tender puentes con la trama general de la corporación Trenstone, pero de una manera entre lo circense, lo woke y lo ridículo. Si Bourne en general va en la línea de LeCarre, “Trendstone” va en la línea de un Ian Flemming vegano y tecnificado que intenta parasitar un caso de éxito… en la línea que la esperpéntica serie “Watchmen (ft. Black Live Matters)”.
OsitoF
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