Y llegó por fin el momento del desenlace. Yo creo que los magos de la producción capaces de crear un producto exitoso de una historia más que simple y trillada, los visionarios que partieron “Amanecer” en dos mitades sin más motivos que los puramente recaudatorios, los astutos cazatalentos que vieron en el hieratismo de Kristen Stewart y la mirada bovina de Robert Pattinson una pareja con una extraña química, afrontaron el desafío con un valor que no han demostrado los responsables de “Juego de Tronos” o “Los Serrano”: reconociendo que es imposible hacer un final que contente a todos y cada uno de los críticos y los espectadores, mandaron a paseo a los críticos -les iban a poner verdes igual- y desarrollaron el final que les convencía a ellos, un final en cierto modo similar al tan denostado de los Serrano, pero con ese factor X característico de la franquicia que hace que empaste maravillosamente en el conjunto y, probablemente, si se piensa un poco, era el único final que admitía la saga.

“Amanecer Parte 2” es un manual de referencia de hacer cine comercial sin complejos, de ser honestos y darle al público lo que pide, de una forma abierta, con calidad y que pueda ir a ver cine sin pretensiones con la cabeza bien alta. Se le pueden sacar muchos defectos en el plano académico y alguno que otro en el plano de la gente corriente. Es ñoña hasta decir basta. Bella es antipática y mira por encima del hombro a unos amigos y familiares que, inexplicablemente, la idolatran. Edward es un cliché de endiosada perfección. El noventa por ciento del reparto son modelos e influencers y los malos son artificiales. Pero el conjunto está revestido de ese factor X del que hablaba antes, de esa seguridad en sí mismo, de ese «Si estás pasando un buen rato, ¿qué necesidad tienes de negarlo?» o «Si quieres cosas trascendentes, vete a ver a Von Triers».

He hablado y discutido hasta la saciedad con haters que te dan la clase de argumentos que he mencionado y cientos más… pero, si tan mala es, ¿cómo es posible que después de cinco películas, la gente no se vaya del cine hasta que no terminan todos los créditos y aplauden uno a uno a los protagonistas que se van despidiendo en las secuencias de créditos finales? Dicho se sea de paso, esas secuencias -antes de pasar a los típicos créditos de letras blancas y fondo negro, cada protagonista tiene unos segundos finales con un plan sonriente, cómplice y su nombre en grande- son otro ejemplo de innovación inteligente, terminando de reforzar el vínculo creado con el espectador después de estos años. Memorable.

Probablemente, como película, como cine, la saga se merezca un cinco, un suficiente, con algunas películas llegando muy raspadas. Pero tiene momentos icónicos y se han tomado la molestia de hacer una parodia de dudoso gusto -ladran, luego cabalga-. Personalmente, cuando de vez en cuando surge la posibilidad de hacer un maratón -sobrinos y sobrinas que se hacen mayores- me arreglan la tarde.