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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
3
Comedia. Drama Les (Steve Buscemi), un fotógrafo de famosos de poca monta, conoce a Toby (Michael Pitt), un joven sin hogar atraído por las brillantes luces de Nueva York, y le "contrata" como ayudante. Toby disfruta con el glamuroso y agitado estilo de vida de Les, pero tiene un sueño: convertirse en actor. La suerte le sonríe cuando por casualidad conoce a K’Harma Leeds (Alison Lohman), una diva del pop con la que inicia un romance. Toby tendrá ... [+]
23 de octubre de 2009
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steve Buscemi es un tío que me cae bien; es imposible no verle y pensar en él como el típico colega feo que no te deja colgado porque no se come una rosca y que resulta ideal para ir de farra o ver el partido del Madrid. Como actor, hasta ahora, mis sensaciones eran parecidas: el típico secundario cachondo que aparece en películas de clase media-alta y que, por lo general, sube el nivel de aquellas producciones en las que participa.

Pero cuando hace de protagonista la cosa cambia radicalmente y no tiene tanta suerte. “Interview” y esta “Delirious” son dos claros ejemplos muy parecidos entre sí: lentas, diálogos abundantes y aburridamentemente ultracotidianos, tramas sencillas, la acción transcurriendo en uno, dos o como mucho tres escenarios, temblequeo de cámara para dar sensación de inmersión en lo que ocurre… En resumidas cuentas, es como si las únicas películas en las que le dejasen ser el actor principal fuesen de esas obras que parecen querer ser cutres dando una buscada apariencia de cutrez precisamente para intentar ocultar lo cutres que son.

Porque “Delirious” (sobre “Interview” ya dije lo que tenía que decir en su correspondiente crítica) es precisamente eso: una historia sin credibilidad alguna rodada de la manera más simple posible y con un objetivo indeterminado que no se sabe si es una parodia o una crítica, una historia de amor o de venganza, cutre o independiente… de hecho no termino de tener claro si la película tiene algún alcance o busca dar alguna clase de lección.

Sinceramente, y esto es sólo una teoría mía, creo que para rodar noventa minutos de película tiene que haber un motivo, algo que se desee transmitir, algo que haga que la gente se mueva de su casa para ir al cine… algo que obviamente “Delirious” no tiene. Es como si su única razón para existir fuese demostrar que se puede hacer cine con cuatro euros y, haciendo de la necesidad virtud, se dedicase a restregar continuamente al espectador lo poco comercial que es la película que está viendo. En su favor, hay que decir que lo consigue plenamente y que la cutrez se palpa en cada escena forzada, en cada cháchara sin coherencia, en cada fotograma plano… y en su contra que todas esas “virtudes” son motivos para escapar todo lo lejos posible de esta cosa.
OsitoF
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